Por ahí lejos
de esta mi tierra que es Palma del Rio, en esos lugares exóticos en los que no
tienen razón para temerle a la sequía, llueve cuando le corresponde llover y
nieva cuando le toca nevar.
Como el sol es
tan comedido que alumbra sin quemar, no catalogan la sequía como preocupación
ni motivo de queja.
Felices tierras
donde llueve sin que ciudades ni tierras de cultivo se inunden, donde el sol
alumbra sin deslumbrar y la razón embrida a las pasiones.
La sonrisa
prevalece sobre la carcajada y la melancolía sustituye al desgarro del llanto.
En ésta mi
tierra pasamos de la estridencia de la risotada al quejido lastimero y, cuando
amanece, el temor a que el sol caliente demasiado ensombrece el gozo de la
alborada.
¿Y todas esas
cursis banalidades,¿ a qué vienen?
Pues vienen a
que los asociados de ASAJA (Asociacion Agraria de Jóvenes Agricultores) están
contentos de lo bien que viene la cosecha de naranjas de éste año, pero…
--Pero, ¿qué?
--Pues que
temen que, como el índice de desempleo está cayendo en ésta tierra endémica del
paro y el subempleo agrícola, van a tener dificultades para encontrar mano de
obra abundante y tan barata como hasta ahora, para cosechar las naranjas.
Tiempo de
alegría, vísperas de tiempo de desgracias.
El placer del
llanto, la mala suerte como excusa del fracaso. Andalucía.