Puede
que sea una representación física de los defensores de la estética de lo feo,
los que sostienen que el demonio alcanzó la categoría que se le reconoce
gracias a que era tan bonito que lo llamaban Luzbel.
Por
eso, quizás, no llegó a presidente del gobierno aunque sus habilidades políticas,
preparación intelectual y capacidad de diálogo fueran superiores a las de sus
contrincantes para el cargo.
Ojalá
José Luis Rodriguez Zapatero hubiera sido menos bonito o Rubalcaba menos feo,
según los cánones estéticos en este tiempo de vanidades.
La
España de ahora, y me apuesto el negro de las uñas a que no pierdo porque no se
podrá nunca demostrar, habría sido mejor con Rubalcaba que lo fue con Zapatero.
(Hay
que reconocer que no hubiera hecho falta un Rubalcaba para ser presidente del
Gobierno de España. Hasta el timonel que ahora marca el rumbo al barco que es España,
Sanchez, habría sido mejor (¿o menos malo?) presidente que lo fue Zapatero, al
que desde lo de la alianza de civilizaciones se le conoce por Shoemaker).
--Entonces,
si no ha habido presidentes del gobierno de España a su gusto, ¿por qué no se
ha metido usted en politica?
--Por
egoismo o, si lo prefiere, porque en el universo ético que me he construido he
decidido ser el sol, que solo esta obligado a dar el calor de la vida a sus
familiares, y por orden de proximidad al núcleo.
--Pero
usted es un egoista.
--Como
todos.
--Pero
usted tiene la desvergüenza de reconocerlo.
--Por
eso no somos todos iguales.Unos reconocemos nuestro egoismo y otros ocultan el suyo.