domingo, 17 de septiembre de 2017

QUE LES DEN



En el idioma en el que uno aprendió a hablar se calificaba de esaborío al fulano o la fulana del que convenía apartarse para no complicarse uno la vida.
Significaba esaborío en el resto del mundo hispanoparlante desabrido, el fulano o la fulana que ladraba en lugar de hablar y mordía la mano que intentaba acariciarlo.
Un catalán independentista de los que en éstos tiempos ladran y en aquellos entonces movían el jopo de gusto para que el Caudillo les echara el mendrugo de alguna fábrica.
A quien agradece los palos y se queja de los confites hay que apalearlo para que sea feliz.
Por eso pasa ahora lo que ahora está pasando.
Atiborrados de tantos dulces que la llamada democracia les ha estado dando, exigen ahora lo que nadie les aconseja.
Se merecen que les den lo que piden.
Con todas sus consecuencias.