domingo, 31 de enero de 2010

HABLAR DE PENSIONES PARA OLVIDAR EL PARO

El presidente Zapatero dice que ha propuesto el retraso de la edad de jubilación para evitarle problemas en 2020 o 2025 al gobierno español.
Su preocupación por facilitar la tarea de su todavía remoto sucesor dándole prioridad sobre la solución a los acuciantes problemas de su gobierno es un gesto que lo confirma como estadista.
Si fuera un político corriente, se limitaría a incentivar la creación de empleo, reducir el déficit, agilizar la burocracia estatal, favorecer la administración de justicia, facilitar la creación de riqueza a las empresas y vigilar el buen funcionamiento de los servicios públicos.
Se ganaría así la reelección, al responder a lo que le piden los votantes de su tiempo, aunque dejara a quien tenga que afrontarlos los problemas del futuro.
Pero esas medidas de rentabilidad política inmediata no garantizarían el cobro de las pensiones de los que se jubilen dentro de 25 años, preocupación de un auténtico estadista.
Los malintencionados sugieren que Zapatero, al centrar la atención en problemas futuros, intenta que los electores se olviden de los actuales, porque no sabe cómo solucionarlos.
Citan en apoyo de esa teoría su prolija tradición de inventar debates sobre hábitos sexuales, costumbres religiosas, tragedias bélicas olvidadas o ambiciones confederales, para que se hable de ellas y no de las preocupaciones inmediatas de los ciudadanos.
El de las jubilaciones es un capotazo de banderillero para distraer al toro y evitar que empitone al matador. Todos hablan del posible retraso de la edad de jubilarse, y se olvidan del seguro retraso en encontrar un puesto trabajo.
Sin alargar el período de cotización puede que el sistema de pensiones de jubilación corra peligro dentro de 20 años.
Pero sin reducir ya drásticamente el agobiante número de parados es seguro que no habrá jubilaciones y que del desempleo se pasará directamente a la jubilación, sin derecho a cobrar pensión.

miércoles, 27 de enero de 2010

ZAPATERO, LA BANCA Y LA CRISIS

En el otoño casi invernal de su vida, Salomón Cabeza Sagaz alardea de que lo poco que sabe se lo debe más a su vejez que a sus estudios aunque, para pespuntear sus enseñanzas, recurra a veces a latinajos.
Así lo hizo, cuando sentenció que la crisis en la que se hunde cada vez más la economía de España es resultado de las maquinaciones de José Luis Rodriguez Zapatero y la Banca.
--“Venga ya, eso es hablar por hablar”, protestó uno de sus coetáneos, en la tertulia al calor del brasero del bar de El Pitorro.
“Eso”—replicó Salomón, al que en chufla llamaban Alfonso Décimo—“es una deducción a la que llega todo el que responda a la pregunta “qui prodes?” como aconsejaban los latinos”.
Para el filósofo de mesa camilla, una de las pruebas que lo condujeron a su conclusión es el beneficio de los Bancos: El Santander espera ganar en 2009 11.500 millones de euros y el Bilbao Vizcaya ha ganado 4.210 millones.
Con sonrisa torcida, murmuró que dos de los bancos han ganado casi el dos por ciento de lo que ha producido España el año más duro de una crisis “que les ha permitido limitar el riesgo porque han restringido sus créditos”.
--“Los bancos siempre ganan”, se rindió el contertulio contestarlo, “pero, ¿en qué ha beneficiado la crisis a José Luis?”
“El presidente del Gobierno es el que más sale ganando porque buscaba un pretexto para presentarse a la reelección y la crisis se lo ha dado. Ya ha sugerido que, mientras las dificultades económicas sigan, no abandonará la presidencia, aunque su familia quiera que se retire”.
En la mesurada discusión de los viejos, hubo quien apuntó que Zapatero podría quedarse sin esa disculpa para que lo reelijan, si Obama hace caso a sus oraciones cuando vaya a rezarle a Washington y le concede el milagro de arreglar la economía española.

lunes, 25 de enero de 2010

EL SINCRETISMO Y WALT DISNEY

Quienes lo escuchaban pontificar que el triunfo de la igualdad permite que ricos y pobres conduzcan los mismo autos y se bañen en las mismas playas dieron un respingo al oír que si el igualitarismo es bueno, el sincretismo es un desbarajuste.
--“El sincretismo”—pidió calma Salomón Cabeza Sagaz ante el alboroto que su última palabrota había provocado—“es la fusión de creencias o costumbres opuestas”.
Resignados a sus extravagancias, sabían que esperaba que le exigieran una explicación que pudieran comprender.
“Es como si los béticos y los sevillistas”--les aclaró—“se hicieran todos de un mismo equipo que vistiera calzones blancos y camiseta blanquiverde”.
--“Eso, mas que un desbarajuste”, lo atajó el más atrevido de sus contertulios, “es un imposible, pero no sería el fin del mundo”.
Salomón, al que apodaban a sus espaldas “Alfonso Décimo”, intentó contagiarles su sabiduría:
“No será el fin del mundo, pero el sincretismo ya ha acabado con el mundo que conocíamos y nos está metiendo en un mundo desconocido”.
Los abrumó: el inglés es ya la lengua de todo el mundo, en todas partes se oye la misma música, no hay diferencias en el vestido, se come la misma hamburguesa en todos los países, el fútbol enloquece por igual a todos los pueblos, los varones se han amariconado en sus apariencia y las hembras se han amachorrado en la suya, la diferencia de sexo no es indispensable para el matrimonio y las películas se estrenan al mismo tiempo en todas partes.
Los sufridos oyentes, indefensos a la exuberancia argumental, escucharon somnolientos que la tibieza religiosa que se había propagado en la humanidad se había aliado al fenómeno del sincretismo para transformar el mundo.
“Excepto algunos grupos musulmanes residuales, el hombre ha olvidado la práctica de las religiones que antes los diferenciaban, y pronto el tiempo dejará de medirse por la fecha del nacimiento de Cristo, la huida de Mahoma de Medina a La Meca o la de la creación del mundo, el primer dia del mes de Tishrei del año 3761 antes de Cristo”.
Un incauto, que no supo resistir la tentación, cayó en la trampa.
“¿Y qué”?
--“Que, inevitablemente”—sentenció Salomón— “ y a falta de punto de referencia que mida el tiempo, la Historia se dividirá en dos épocas, que señalará el momento más trascendental y aceptado por todos: la prehistórica, en la que hombre se sirvió del planeta y la nueva era, en la que decidió sacrificar su vida para servir al planeta”.
Salomón Cabeza Sagaz, Alfonso Décimo para los que envidiaban su sabiduría, concluyó que el sincretismo fijará como momento crucial de la humanidad el de la transformación del hombre de depredador en benefactor de la naturaleza, proclamó la ecología como única religión y declaró a Walt Disney único profeta de la Religión Universal.

domingo, 17 de enero de 2010

DIOS MIO, QUE SOLOS SE QUEDAN LOS MUERTOS

Esta izquierda sectaria, que con tanta tenacidad se empeña en torcer la voluntad de los españoles vivos, se atreve y logra enmendar también la de los que ya han muerto.
La muerte era hasta ahora el santuario del que prefería perder la vida antes que su libertad. La izquierda española viola hasta esa barrera.
Como la muerte es una frontera infranqueable, la izquierda recurre a coacciones morales y a presiones tácitas contra los designados por el muerto para que renuncien a lo que decidió en vida.
Y lo consigue.
Ha bastado que la treintañera Laia Ortiz, portavoz de la izquierdista Iniciativa por Cataluña-Los Verdes, tuviera la ocurrencia de que los Príncipes de Asturias desistan de la herencia del mallorquín Juan Ignacio Balada, para que la Casa Real anuncie que se hará como desea la ex alumna de las monjas de Jesus i Maria de Sant Andreu.
Si hasta la Casa Real reconoce la rectitud moral de la izquierda, ¿qué pueden hacer los españoles del montón sino acatarla?
Lo mejor para la aparentemente inevitable dictadura izquierdista es seguir la clásica recomendación frente a la violación: relajarse y disfrutarla.
Que se formen filas tan interminables como ante las oficinas del INEM a las puertas de las sedes de los Partidos Socialista y Comunista mendigando la afiliación urgente, para reclamar en un futuro próximo los privilegios de camisa vieja del régimen inminente.
Si ya ni la voluntad de los muertos está a salvo, ¿qué pueden ofrecer los vivos para que los dejen vivir en paz, sino someterse a la voluntad de los que van a mandar?
Hasta la paz eterna les han quitado. Cuando les enmiendan hasta el testamento es cuando, de verdad, hay que lamentar: Dios mío, qué solos se quedan los muertos.

viernes, 15 de enero de 2010

EL ANTIAMERICANISMO DE JOSE LUIS

No es que sea incomprensible lo que mandan sino que su inteligencia es muy superior a la de los que obedecemos.
La democracia, que es la selección del más capacitado mediante elección por todos, tontos o listos, es el más eficaz y honesto sistema de gobierno..
En una democracia cualquiera puede gobernar si consigue más votos que los otros aspirantes a mandar.
Esa es la grandeza de esta forma de gobierno: garantiza que los mejores manden, porque es el pueblo, que nunca se equivoca, el que decide a quién le conviene obedecer.
¿Por qué, entonces, se quejan los ciudadanos de los gobernantes democráticamente electos por el pueblo?
Porque, a veces, escogen a un aspirante a gobernarlos deslumbrados por su fuerte personalidad, su preclara inteligencia y su intachable honestidad.
Pero el escogido es tan superior intelectual y moralmente a sus electores que, una vez en el poder, son incapaces de apreciar la audacia de sus decisiones.
La tragedia del gobernante democráticamente electo es que su inteligencia es muy superior a la de sus conciudadanos y que el acierto de sus mejoras solo podrán apreciarlo sus compatriotas del futuro.
El político del montón, hasta en una democracia, toma decisiones para satisfacer las aspiraciones inmediatas de los votantes. El estadista es un adelantado a su tiempo al que le preocupa el futuro de su pueblo.
Esa diferencia entre político y estadista explica las injustas críticas que todas las medidas del Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, suscitan entre los españoles.
Lo culpaban por favorecer el laicismo y fomentar la disolución de la familia tradicional en España, y ahora lo critican porque va a participar en una ceremonia religiosa en Estados Unidos en defensa de la familia tradicional.
Lo acusaban de antinorteamericano y ahora lo critican por excesivamente pro yankee.
Críticas insensatas, que solo evidencian la miopía de los españoles: José Luis sigue siendo antinorteamericano, y por eso asiste en Estados Unidos a una ceremonia en favor de la familia tradicional, naturalmente norteamericana.
Contribuye así al colapso moral de la sociedad norteamericana mientras que, al propugnar políticas contrarias en su país garantiza el renacimiento social español mediante el torpedeo de la familia tradicional en España y al fomento de matrimonios entre personas del mismo sexo, que no puedan tener como consecuencia el nacimiento de hijos.

viernes, 8 de enero de 2010

MIRANDO DE REOJO A LA HISTORIA

Colectivos sociales progresistas están recogiendo firmas para que el gobierno amplíe, como si fuera la de un ordenador, la memoria histórica de España.
El “Movimiento Organizador de Reivindicaciones Otomanas” (MORO) se propone estimular a los historiadores para que revelen las argucias de que se valió la coalición cristiana para su injusta victoria en Lepanto.
Boabdil Alfajor, el coordinador de MORO que antes de convertirse al islamismo era arriero en el pueblo granadino de Gójar y se llamaba Celestino Rebolledo, espera que sus esfuerzos culminen en un gran acto ecuménico en La Alhambra el año 2021, en el que la Cristiandad pida perdón al Islam en el 450 aniversario de la batalla “por la perfidia de Lepanto”.
“Nación Andaluza” y otras organizaciones mudéjares confían en que, para el año 2021, Al Andalus habrá recuperado el reconocimiento internacional como parte integrante de la nación islámica y sus fronteras se extiendan desde Gibraltar a Poitiers.
Aunque aparentemente contrarios a esa iniciativa mudéjar, grupos residuales mozárabes andaluces siguen con interés el proyecto y, discretamente, preparan su propio movimiento reivindicativo.
“Bética Nostra”, una asociación cultural que ensalza la pujanza de la Andalucía romana previa a la invasión islámica, ha dado los pasos iniciales para que el gobierno que preside José Luis inste al juez Garzón para que inicie procedimiento por alta traición contra El Obispo Don Opas y el Conde Don Julián, instigadores de la invasión islámica.
“No podemos enfrentarnos a las dificultades actuales de España, si antes no solventamos las taras del pasado que han moldeado nuestro presente y condicionan el futuro”, explicó Octavio Romano, que se autoproclama tetrarca de la Bética.
El pueblo llano andaluz carece de inquietudes por su borrascoso pretérito y se preocupa exclusivamente por garantizarse las subvenciones del “Plan de Empleo Rural” (PER) y chambas que complementen el subsidio en la economía sumergida, mucho más pujante que la sometida a control fiscal.
“Por mí”, dijo con encogimiento de hombros Bonifacio Beltran a la salida de la oficina del INEM donde había sellado el paro, “que José Luis haga todas las leyes de memoria histórica que quiera, a ver si mete a Eva en la cárcel por haber robado la manzana”.

jueves, 7 de enero de 2010

LA EUROPA DE JOSE LUIS

Que desdeñe las protestas demuestra que está convencido de la bondad de sus decisiones, aunque quienes sufran las consecuencias se empecinen en criticarlo.
Su insobornable tenacidad al ignorar los consejos de quienes creen que saben, sin saber lo que solo conoce el responsable de guiar a los demás, demuestra la reciedad de su carácter.
Es un mártir incomprendido. Es un adelantado al tiempo en que sus coetáneos están condenados a vivir. Es José Luis, el hombre providencial que, aunque con apellido de humilde artesano de la lezna y la chaveta, tiene la ingrata misión de presidir el gobierno de España.
Como los de Cristo en Nazarét y los de Mahoma en Medina, los paisanos españoles de José Luis son reacios a reconocer su genialidad, aclamada en Europa y en los más remotos lugares del planeta.
Pero no todos los europeos admiten la supremacía moral de José Luis al que, si lo hubieran bautizado con otro nombre, podría haber aludido el discípulo amado de Cristo cuando hablaba del Bautista en el sexto versículo del primer capítulo de sus Evangelios: “hubo un hombre enviado por Dios que se llamó Juan”.
Los envarados ingleses de ese pretencioso panfleto económico “Financial Times” se quejan en un editorial de que José Luis conceda prioridad en sus tareas de presidente semestral europeo al impulso ético, filosófico y moral de la Unión Europea, como lo contempla el Tratado de Lisboa, en lugar de mitigar los efectos de la crisis económica.
José Luis ha sabido minimizar en España los daños de esa crisis y podría haber aplicado sus sabias recetas a Europa pero ¿por qué derrochar sus talentos en nimiedades materialistas, si la codiciosa Europa lo que precisa de verdad es el soplo de la espiritualidad y la solidaridad vivificadoras?
Aunque los europeos no se percaten, lo que de verdad necesitan es encarar un futuro de hermandad. Les urge hacer justicia a los que perdieron contiendas civiles en cada uno de sus países, conceder subsidios universales a los ciudadanos para que, libres de la esclavitud del trabajo, forjen lazos de hermandad con quienes se declaran sus enemigos.
José Luis será feliz si, cuando en Junio termine su período presidencial, los mahometanos, animistas, budistas, taoistas, hinduistas y judios son acogidos en una Europa sin rastros del imperialismo cristiano que los oprimió.
La sociedad europea, gracias a José Luis, será más moderna porque favorecerá toda clase de matrimonio que no tenga el nacimiento como consecuencia: hombre con hombre, mujer con mujer, mujer o hombre con muñecos hinchables, mascotas de compañía, androides electrónicos y robots de gutapercha.
Los europeos vivirán una era desconocida de paz, porque cederán a todas las exigencias de sus hermanos extracontinentales y se impulsará la Alianza de Civilizaciones, sobre todo con gobiernos de estados que, por mandato de sus religiones oficiales, rechacen la conciliación de sus dogmas con dogmas de otros, evidentemente falsos.
Esa será la Europa que dejará José Luis en herencia cuando termine su presidencia europea: un calco de la Arcadia feliz, etérea, espiritual, democrática y progresista que ha forjado en España.