miércoles, 1 de noviembre de 2017

O PAGAS O TE LA CARGAS

Halloween, la festividad que los norteamericanos metieron de matute a España y que mandó al Tenorio a la covacha de los cachivaches, es algo que cautiva a los propensos a dejarse cautivar por lo exótico.
“Tip or Trick”, (“si no sueltas la pasta te hago una putada”)  es la disyuntiva que plantean los niños a los adultos en Halloween.
Mas o menos la que los blancos emigrantes plantearon a los indios nativos que se encontraron al llegar: “si no os quitáis de en medio, os matamos”.
Y los  mataron a casi todos porque, además, en vez de castigar a los asesinos les daban un premio por cada asesinato.
¿Y cómo demostraba el asesino de indios que había matado a tantos como por los que pretendía cobrar?
No era cosa de arrastrar los cadáveres de todos los muertos hasta el cuartel donde las autoridades les pagaran lo que por matarlos hubieran prometido.
Así que el alimañero que mataba indios les arrancaba la cabellera que guardaba en un saco y cobraba por haber matado tantas alimañas como cabelleras de indios presentara.
¿Y no es una contradicción que una forma de vida basada en la competencia entre iguales, como son los Estado Unidos, premie la mendicidad?

Desde luego que no porque lo que se pide no remite a Dios su pago, sino a la bomba de hidrógeno que caerá sobre el que se atreva a rechazar la exigencia.