viernes, 13 de octubre de 2017

QUERELLA CONTRA EL FRANQUISMO



El tiempo, que es un regalo que los dioses hacen al hombre con prodigalidad, debería emplearlo el hombre con tacañería.
No es así, por lo menos no lo es para los concejales del Ayuntamiento de Madrid, a los que se les ha ocurrido querellarse contra el franquismo.
Es como quejarse de la pertinaz sequía que asola en estos dias los campos de España cuando los campos de España se aneguen por las futuras lluvias.
¿Se habrían atrevido los concejales de Madrid a querellarse contra el franquismo, si hubieran disfrutado en vida de Franco de las prebendas de las que se lucran medio siglo después de la muerte de Franco?
Es evidente que, pese a dogmas religiosos que lo proclamen como posible, es poco probable que un muerto, si está muerto de verdad, reanude la vida que perdió.
Evidentemente, el de la resurrección de la carne no es un dogma en el que los concejales de Madrid crean.
Si tuvieran la menor sospecha de que Franco pudiera resucitar no se atreverían a querellarse contra el franquismo.
Serán unos aprovechados y hasta unos sinvergüenzas, pero los concejales de Madrid no son tontos.
Alancean al moro solo después de comprobar la autenticidad del certificado de defunción del moro.