lunes, 28 de octubre de 2013

DESDE QUE EL HOMBRE APRENDIO A NO ANDAR-13-EL COMBATIENTE UNIVERSAL


 En 1848 Marx y Engels publicaron su manifiesto comunista, que sería en adelante el estandarte del combatiente cosmopolita que, en lugar de luchar por su Patria o su Rey, lo haría por mejorar la condición social de los trabajadores.
La publicación del manifiesto coincidió con la revuelta de Paris, en la que por primera vez protestaron de forma coordinada los obreros, que sufrían recortes en sus ingresos por el cierre de numerosas fábricas, originado  por la saturación de la demanda.
El sindicalismo, todavía en la época infantil de su desarrollo, apareció como instigador de la obligación de los obreros de reclamar sus derechos, lo que en adelante convertiría a los trabajadores de cada país en adversarios de los gobernantes, más molestos que los tradicionales enemigos exteriores.
Una de las causas que propició la toma de conciencia de clase de los obreros que que huyeron del campo cuando se quedaron sin trabajo, desplazados por la maquinización, fue su concentración en barrios insalubres y carentes de condiciones dignas, que crecieron cerca de las fábricas.
Encontraron el trabajo que habían ido a buscar y mejores salarios que en las labores agrícolas, pero a medida que los empresarios industriales notaron que sus beneficios disminuían por la competencia o la saturación del mercado, aumentaron los precios que terminaban pagando los obreros.
Creció, a partir de 1848, la importancia del movimiento obrero y los conflictos sociales por sus demandas de mejores salarios y condiciones de trabajo, apoyadas por los sindicatos, ocuparon pronto el primerf lugar entre las preocupaciones de los gobiernos
Organizados en sindicatos cada vez más influyentes en las decisiones nacionales, crearon partidos para influir en las decisiones políticas, o los partidos políticos apadrinaron sindicatos para convertirlos en fuerza de choque de sus programas gubernamentales.
Fueron los estados organizados según ideas totalitarias los que con más acierto utilizaron a sus sindicatos nacionales para establecer sus dictaduras, como lo atestiguan el comunismo, el nazismo, el fascismo y el franquismo.
La utilización de los sindicatos como herramienta política es una de las características diferenciales entre la izquierda igualitaria y la derecha libertaria porque ningún estado de orientación liberal-derechista cae en la tentación de financiar sindicatos con dinero público.
Con escasas excepciones, los conflictos bélicos posteriores, sobre todo los civiles, los generó o impulsó el ansia de los que tenían menos por disfrutar el bienestar de los que tenían más y sustituyó al religioso o estratégico como pretexto para la guerra.
En Rusia, Alemania, Italia y España, países en los que se instalaron regímenes totalitarios, a los dirigentes sindicales les planteó el sistema una alternativa: integrarse obedientemente y de forma entusiasta en el nuevo aparato de representación de los trabajadores ,o ser encarcelados, deportados o fusilados.

 

 

 

 

 

 

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