jueves, 27 de abril de 2017

LA PLAGA



Llevamos casi medio siglo engatusados con el señuelo de las supuestas disensiones entre los políticos que, entre todos ellos,  han conseguido que mordamos el anzuelo para caer en su trampa.
Porque, de verdad ¿a los españoles qué mas les da que mande el Partido Popular y el Socialista se le oponga, o al revés?
La infantería del PSOE y la tropa del PP (ahora ha entrado en quintas Podemos) comen y compran su comida con el dinero del que dispongan, por lo que a todos los españoles que obedecemos a los que manden lom que les interesa es su mayor o menor capacidad de compra.
Y es eso lo que mide el IPC, el índice de precios al consumo.
Si el IPC baja, lo que es infrecuente, por el mismo dinero podemos comprar más satisfactores. Si sube, que es lo habitual, menos.
En lo que llevamos de año, el IPC ha subido un 2,3 por ciento, lo que quiere decir que lo mismo que en 2016 compraba la gente, si sus ingresos no hubieran aumentado, puede comprar un 2,3 por ciento menos.
Y los que analizan y pronostican las oscilaciones de los precios dicen que será del 3,6 por ciento al final de 2017.
¿Que los que quieren gobernar robaran menos que los que ahora gobiernan?
Pues me parece muy bien, y me lo creeré cuando estén gobernando,  pero tengo mis dudas: ojalá metieran en la cárcel cuando gobiernen a tantos de los suyos como están metiendo los que ahora están gobernando a ladrones de los que son correligionarios.
Como esta plaga de langostas que son los políticos de la democracia van a devorar todo lo que sea verde como el dinero, y hasta que un insecticida los extermine, a los que siempre obedecemos, ¿qué más nos da que el insecto sea azul o rojo, si tanto uno como el otro nos quita la comida?
Un insecticida inocuo para los que somos víctimas de esta plaga política, y que elimine a las langostas sin distinción de colores, es lo que necesitamos.
Pero esa es como las esperanzas cortesanas: prisiones do el ambicioso muere y donde al más astuto nacen canas.