viernes, 3 de abril de 2015

SEMANA SANTA



Es menester ver lo raros que son los cristianos que, arrastrados por la políticamente interesada contrarreforma que amenazaba la unidad del imperio europeo de los Austrias, se opusieron a la reforma de Lutero.
El primer Austria español, Carlos I, apadrinó la oposición al luteroprotestantismo y el segundo austria español, Felipe II, la manruvo e impulsó. Todos los sucesores de su misma estirpe centraron su accion político- militar en la defensa del Imperio de los Austrias con el dinero y los recursos de España.
Como consecuencia, la manifestación multitudinaria del fervor católico en España es la semana santa, que representa la muerte de un hombre y no la Pascua de Resurrección, que celebra y recuerda que el hombre crucificado era Dios.
Aunque desde antes de concilio de Trento (1545-1653) ya hubo esporádicas manifestaciones de laicos con raices masónicas, que utilizaron imágenes relativas a la pasión de Cristo para reivindicaciones socio-gremiales, las procesiones que evolucionaron a los espectáculos religiosos de ahora comenzaron durante el Concilio de Trento y se popularizaron desde entonces.
El Concilio de Trento oficializó la Contrarreforma, el impulso oficial religioso-político a las medidas destinadas a frenar la Reforma de Lucero.