domingo, 12 de mayo de 2019

IGLESIA E INDEPENDENCIA CATALUÑA


Al Papa Bergoglio, aunque parezca mentira, le pasa como a todos los que lo antecedieron en esa dignidad: a unos les gusta más, a otros menos y a muchos, nada.
Uno no esta demasiado convencido de que haga falta un Papa pero la verdad es que siempre lo ha habido (en ocasiones hasta tres simultáneamente) y la de salvar almas, actividad mercantil a la que se dedica la empresa que dirige, es la más antigua que se conoce.
A las críticas habituales a las que todos los que lo  antecedieron fueron sometidos, a Bergoglio lo acusan, además, de favorecer el separatismo catalán.
¿Y tendrá fundamento esa sospecha?
Pues más vale que no porque, si el Papado favorece el independentismo catalán, ya puede España dar a Cataluña por perdida.
Y es que la Iglesia es la organización institucionalizada y jerárquicamente estructurada más antigua del mundo: dura desde que Santa Elena, madre del emperador romano Constantino, indujo a su hijo para que no siguiera persiguiendo a los cristianos.
Así que, si el actual presidente del Consejo de Administración de la Iglesia, el argentino Bergoglio, se empeña en que Cataluña sea independiente, independiente será.
A menos que el gobierno de España lo convenza (hechos son amores) de que la Iglesia ganaría más si Cataluña siguiera integrada en España.