Pedro Sanchez estrenó su Presidencia del
Gobierno con un anuncio que estremeció al mundo: España acogería en el puerto
de Valencia a los 629 inmigrantes embarcados en el Aquarius, que todos los
países de Europa rechazaban.
Menos
de medio año después, y si fuera capaz de reconocer alguno de sus errores, admitiría que se equivocó entonces porque su decisión en
un caso similar es rechazar a los que ahora piden asilo.
En
Junio admitió que desembarcaran en Valencia los 629 rescatados del mar por un
barco fletado por sospechosas organizaciones humanitarias de
Suiza, Alemania e Italia, que se habían hecho cargo en medio de Mediterráneo de
fugitivos africanos abandonados en alta mar por traficantes a los que les
habían pagado por llevarlos a Europa.
Los
seis rescatados en alta mar por el pesquero español “Nuestra madre Loreto”, salvaron de la muerte a 12 náufragos abandonados por traficantes contratados para
llevarlos a Europa.
Al negarse a permitir que atraque en su pais un barco español con los náufragos rescatados, el gobierno del mismo Pedro Sánchez que acogió a los transportados por los
armadores del “Aquarius” impide ayudar a los pescadores españoles, que espontáneamente socorrieron a doce supervivientes
abandonados.