Cuando los
españoles se entusiasmaron tanto al votar la primera vez para elegir gobierno, ya
había vivido yo cinco años en un país donde eso de la democracia medio
funcionaba y tres más en otro en el que la democracia era un desastre mayor que
la dictadura del difunto Franco.
Me abstuve de
votar en España hasta que metí en la urna el sobre y la papeleta que mi hija me
dio.
Después, y por
inercia, cumplo puntualmente con mi hija al acudir a las urnas.
Así que, con
conocimiento de causa, puedo confirmar que eso de la democracia es una TONTERÍA.
Una
entretenida tontería, eso si. Todos hablan de todo, como si todos supieran de
todo lo que hablan.