Dos encuestas
más como la que el jefe del “Centro de Investigaciones Sociológicas” (CIS) le
ha hecho al Pedro Sánchez, que lo colocó, y el que ahora manda de carambola se
creería capaz de ganar unas elecciones generales.
Los resultados
servidos por Tezanos el del CIS son tan inesperadamente favorables al que lo
colocó que la conclusión es inapelable: la simpatía de los electores es directamente
proporcional a la inepcia de los candidatos.
(También, me
apuntan los observadores atentos, podría ser que todos los encuestados en todos
los sondeos de opinión suelen pronunciarse, casi mitad por mitad, por Messi o por Cristiano Ronaldo).
La cosa es, en
síntesis, que el CIS de Tezanos dice que su señorito Pedro Sanchez se pegaría
un atracón de votos si hubiera elecciones y que su oponente, el joven Pablo
Casado, se quedaría a dos velas.
Como uno
escribe desde Andalucía, el redoble de tambor de su corazón suena al compás de España y teme que la Patria acabe como una sandía en sazón , que al meterle en la cáscara la punta del
cuchillo, se raja por la mitad.
Como paladines de
las dos maneras opuestas de entender España y de qué hacer con y para España, que
Casado y Sánchez actúen como hombres antiguos y que con su vida defiendan el
honor de la doncella que a ambos enardece.
Que se
enfrenten en combate singular, choquen sus espadas mohosas (1) y que se
impongan sobre las del que pierda las ideas de las del que gane.
(1) Mohosas
para que, si se libran de la herida, no se libren de la infección tetánica.
Naturalmente,
que se televise en abierto y sin publicidad.