domingo, 24 de diciembre de 2017

LA VUELTA DE PUIGDEMONT

Esquerra Republicana y Junts per Catalunya son aliados en su patriotismo empeñado en que Cataluña se independice de España de la que hasta ahora sigue siendo comunidad autónoma.
El partido de Carles Puigdemont, exiliado en Bélgica y que en cuanto pise territorio español iría directamente a la cárcel, sacó más escaños que el partido de Oriol Junqueras en las elecciones del 21 de diciembre.
Así que, si su sentimiento patriótico prevaleciera sobre su rivalidad partidaria, los diputados del Partido de Junqueras votarían a favor de Puigdemont para que volviera a ser Presidente de la Comunidad.
Sin embargo, esa posibilidad tiene un pero: que como Puigdemont anda huido y pregonado por la justicia, lo trincarían, lo enchiquerarían  y no podría personarse en Barcelona pata tomar posesión del cargo.
A no ser que…
A no ser que, constituido el nuevo parlamento catalán, su primera medida sea proponer, votar y aprobar una ley que permita al Presidente de la Comunidad Autónoma jurar su cargo por videoconferencia.
Se supone que un gobierno prudente y avisado como es el de Mariano Rajoy tendrá prevista esa eventualidad y adoptará las medidas para contrarrestar la maniobra.
Más que una suposición, es una certeza que, como en todas las ocasiones en las que ha debido resolver un conflicto, también complicará éste.
Pasará lo que tenga que pasar pero, como diría el novillero cordobés Rafael Poyato, “hay más probalidades que salga mal que menos probalidades que salga bien”.
Por si acaso, en ésta Palma del Rio desde la que asisto al deshilachamiento de España, de un tiempo a esta parte proliferan las academias de catalan, el consumo de butifarras supera al de chorizos y la música de la Santa Espina acalla a los jipíos del flamenco.