martes, 21 de julio de 2015

LO DE LAS PATRIAS



Eso del patriotismo debe ser algo así como que, cuando te afeitas, no ves en el espejo al viejo decrépito y malencarado que eres, sino al epítome (compendio o representación) de las glorias y tribulaciones de una raza enraizada en el paraíso en el que Dios puso al hombre.
Y entonces, en vez de lamentarte admitiendo que estás jodido, te exaltas, sueltas la bic, empuñas la Tizona y destrozas el cuarto de baño.
Puede que el patriotismo que permanentemente está renaciendo en algún sitio sea un recurso para consolarte con lo buenos que fueron tus antepasados y olvidarte de la nulidad que personalmente has llegado a ser.
Cuestión de gregarismo que le permite a la ortiga mimetizarse con  las amapolas que la rodean.
Peor todavía: renunciar a la singularidad del individuo para pasar desapercibido entre la masa.
Si no fuera porque la exacerbación del patriotismo suele acabar a palos, esa manía que se extiende y crece en algunos lugares de España, sería para tomarla a cachondeo.
Por ejemplo: suele exaltarse como héroes a ciudadanos que fueron patriotas en el pasado porque dieron su vida por su particular concepto de Patria, que se oponía a la idea de Patria de los que los mataron.
Seguramente, las dos ideas opuestas eran en sí legítimas y no menos noble una que la otra.
La reviviscencia de los patriotismos españoles, por ahora, consiste en que partes distintas del territorio general que es conocido por España quieren separarse del todo español para constituirse en patrias diferenciadas.
¿Y cuando algún territorio de la nueva patria formada por la escisión de la Patria española quiera escindirse para constituirse en Patria propia? .
Hace demasiado calor como para ponerse as pensar en simplezas.