Cualquier
acontecimiento, que aislado pueda parecer anecdótico, se eleva a sintomático si se relaciona con el
entorno en que suceda.
En los tiempos
ya irremediablemente pasados en los que leer todo lo que uno tuviera al alcance
de su vista era un placer insaciable, leí un pasaje que no consigo olvidar.
Creo que fue en las Cartas Finlandesas de Angel Ganivet y se trataba de un campesino
lapón que, con toda su familia, atraviesa el infinito paisaje nevado y una
manada de lobos hambrientos lo ataca.
El campesino,
para salvar al resto de la familia, empieza arrojando a los lobos al más joven y desvalido de
sus hijos para permitir la salvación del resto.
El mensaje
protofascista es evidente. Importa el grupo más que el individuo.
¿Cuál será el siguiente
sacrificado que el Partido Popular arroje a los lobos de la oposición que lo
acosa, para que una vez devorada Rita Barberá los demás sigan con vida?
De Mariano
Rajoy depende, como padre y responsable de la supervivencia de los que van en
el trineo al que los lobos de la oposición política al Partido Popular acosan y
seguirán acosando.
¿Quién será el
siguiente al que echen del trineo para que los lobos se aplaquen mientras lo
devoran, y den tregua a los demás hasta que haya que prescindir del próximo?