miércoles, 6 de mayo de 2020

MUSTIA PRIMAVERAp


   En esta mañana amenizada por el trino de las aves y el susurro de los insectos, las flores han abierto su sonrisa y la caricia sutil del aire anuncia que la festiva primavera ha venido para que se vaya el oprobioso invierno.
   ¿Y qué?
   Pues que allá por las planicies mesetarias en las que del caserío de Madrid irradian las órdenes para que los españoles hagan o no lo que el gobierno mande, se decide si quieren morir como esclavos o como gente libre.
   No crean que libre es un calificativo de gente. Por naturaleza, el hombre es libre pero cambalachea su libertad por una tutela crecientemente opresora.
   Así, y en el caso que hoy debaten los representantes de la chusma española en las Cortes de Madrid, se trata de buscar un culpable que excuse la inoperancia del Gobierno para minimizar los efectos de una epidemia mundial.
   ¿Y qué habría ganado el gobierno al hacer peor lo que podría haber hecho mejor?
    --Debilitar la capacidad y voluntad de la gente para que cada uno por sí mismo, o en alianza voluntaria y temporal con otros, trapichee los sinsabores del oficio de vivir.
   --Pero, ¿que podríamos hacer cuando, al prescindir de los políticos, el índice de paro en España fuera superior al de los capaces de trabajar”.
   --Pues lo que hasta ahora hemos hecho. Pedir prestado a los extranjeros.