viernes, 17 de abril de 2015

DURAN. OBEDECER POR INSTINTO



El tiempo es un regalo que los dioses dan con prodigalidad a los hombres y que los andaluces agradecen con acuciante diligencia para que su astucia racial les permita el mayor bienestar con el menor esfuerzo.
Ahí esta el caso de Juan Pablo Durán, el andaluz al que su aplicación en la Universidad de la Vida lo ha capacitado para elevarse a la responsabilidad teóricamente más elevada de la Región: Presidente del Parlamento Andaluz.
La Universidad en la que se graduó lo entrenó para aguzar su astucia y acertar a qué masonería someter su obediencia para que, sirviendo sus reglas, se entrenara en la obediencia que lo elevarían al mando.
Obedeció aceptando el destino que, en cada caso, le asignó el PSOE y fracasó en todas las funciones que el partido le encargó: como secretario provincial del PSOE de Córdoba, encabezó la candidatura a la alcaldía y, como fracasó, lo nombraron portavoz del grupo municipal hasta que, en 2014, dejó el cargo para aceptar el de senador por el cupo autonómico.
Como consejero por su partido en el consejo de administración de Cajasur, fue multado con 64.000 euros por el Banco de España por su eficaz cooperación en la quiebra de la entidad y, entre sus más felices aportaciones a la doctrina del PSOE, se cita la frase de que “la derecha solo sabe matar”.
Ya ha demostrado en la Presidencia del parlamento andaluz su instintiva tendencia a obedecer hasta cuando le mandan que mande.
En la sesión constitutiva de la cámara, permitió que, en la mesa del Parlamento, la derecha personificada en el PP, que en las elecciones fue la segunda fuerza más votada lo  que le dio 33 diputados, tuviera la misma representación en la mesa que Izquierda Unida, la menos votada: un puesto cada una.