Ya saben ustedes que se llama
tópico a lo que, siendo más falso que la mentira más descarada, a fuerza de
repetirlo parece tan verdad como que hemos de morir.
Por ejemplo: de los andaluces
dicen los que no lo son que, de tan vagos, ni para comer nos sentamos porque lo
hacemos tumbados y que, más que vagos, somos vagones.
Se entiende por vago al que dedica
más esfuerzo a eludir el trabajo del que requeriría cumplir el compromiso
laboral.
Hasta hace menos que nada
(prácticamente hasta que la Junta de Andalucía dictó solución a una
discrepancia del Tribunal Supremo sobre la jornada laboral), la vagancia de los
andaluces la consideraban un defecto sus compatriotas de las demás regiones
españolas.
Llovió sobre mojado cuando su
gobierno eximió a los andaluces de otras dos horas y media semanales de trabajo.
El Tribunal Supremo de España , de la que Andalucía es parte, rechazó la
dádiva del descanso adicional, por lo que los del gobierno de Andalucía han
contraofertado, y les ha sido aceptado, que la media hora diaria de regalo de
los cinco días de la semana sean de cumplimiento “no presencial”.
¿Mande?
“No preocuparse” (en castellano
”no os preocupeis”) que Susana Diaz, por ahora última de la dinastía socialista
que reina en Andalucía, ha conseguido aliviar el peso del yugo del trabajo.
¿Y cómo lo ha hecho, Dios la
bendiga?
Pues que pueden llegar cada uno de
los cinco días semanales laborables media hora después o salir media hora antes
de la prevista para inicio o final de la jornada.
¿Y se suprimen los habituales
coffees breack o montillas breack de entre medias del laburo?
Ni hablar. Ese derecho social es
irrenunciable y esta más que consolidado con el tiempo.
Comme il faut. Como tié que sé.
Y, si me guardan el secreto, les aviso que Susana planea y trama reducciones del horario laboral y subidas de sueldo, si los andaluces tuvieran a bien reelegirla.