jueves, 1 de agosto de 2019

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA




Uno empieza a sospechar que la libertad de crítica a los gobiernos no es una conquista ciudadana, sino la muleta que el torero adelanta para que la cornee el toro, librándose así de sus cornadas.
En éstos aciagos dias en los que los ciudadanos han caído en la trampa de creer que eligen a los gobiernos entre las varias y contadas opciones que los que mandan les dan a elegir, siempre escogerán al que les parezca menos malo.
Porque el mejor gobierno de cada uno es el que uno mismo se procure, sin permitir que un ajeno administre tu propia libertad.
Porque el gobierno universal que se ha impuesto no es consecuencia del triunfo de la igualdad sobre la libertad, sino el de la universalización de la satisfacción de deseos.
Si todos los individuos de todas las razas en todos los países anhelan lo mismo, satisfacer esas necesidades incentivadas los tendrá satisfechos, que es la sensación que más se confunde con la felicidad.
Tener en lugar de ser es el objetivo de ideal igualitario en el que la persona debe despersonalizarse para, al tener lo que todos tengan, desaparezca la envidia que genera el descontento.
Marcado como objetivo tener en lugar de ser, si todos tienen lo mismo todos se sentirán iguales y los que tienen el mismo gusto, aspiran a los mismos satisfactores y no se diferencian en nada de los otros, serán tan felices como los demás.
Ni envidiarán ni serán envidiados, como a lo largo de la historia les ha ocurrido a los que no tienen y a los que tienen de sobras.
Marcado el objetivo de la felicidad en tener y no en ser, nada más natural que incentivar los deseos de tener para que  los seres humanos mutados en consumidores, sean felices si tienen lo que los demás tienen y desgraciados si les falta lo que a los otros les sobra.
El plan, para que se perpetuara, solo necesitaba controlar los deseos futuros de los que serán felices.
El reto quedó mas que superado gracias a la obsolescencia programada: objetos para que funcionen solo hasta que el fabricante haya determinado que sirvan, y tengan que ser reemplazados por otros que hagan la misma función.