Es menester ver
el lío que se ha liado por la huida del tal Puigdemont, propiciada por la
dejación de funciones del gobierno de España, un gobierno de babiecas que
siempre está en Babia.
¿A nadie se le
ocurrió mandar que no perdieran a Puigdemont de vista ni un minuto mientras, y
después de que se paseara por las calles de su pueblo, en loor de multitudes?
“Es que
vigilarlo, sin orden judicial, habría sido ilegal”, protestaría el pánfilo.
Pues vale, pero
el individuo permanecería a buen recaudo y sin pregonar al gobierno que lo dejó
escapar.