"Para alcanzar el éxito se
requiere voluntad, valor y decisión".
"La ambición es el motor del éxito
y los escrúpulos su freno".
La sabiduría popular, que emana
de la experiencia repetida a lo largo de situaciones diferentes pero similares
a lo largo de la historia, induce a pronosticar que los separatistas catalanes
conseguirán su propósito.
Los separatistas actúan y el
gobierno de Mariano Rajoy reacciona. La audaz actuación de los primeros desencadena
la tardía reacción del segundo.
Quieren que Cataluña sea independiente
de España aunque tengan que saltarse la ley y el gobierno de Mariano Rajoy se
empeña en ceñirse a la ley, pero solo a la parte de las leyes cuya aplicación
no le reste votos.
Y las leyes solo son normas
dictadas por el que ejerza el poder.
La dictadura urdió su propia
estructura legal después de haber suprimido la legislación de la desaparecida
republica y la nueva nación catalana lo hará cuando ya no sea parte de la
España de las Autonomias.
El gobierno de Mariano Rajoy que puede aplicar todos los recursos de la ley en la España de la que
todavía forma parte Cataluña, se resiste a recurrir a ese artículo 155 de la
Constitución, que le permitiría recuperar las funciones que las autoridades
autonómicas catalanas usan para escindirla de España.
Prefiere que España pierda una de
sus partes integrantes, con tal de no perder una parte de los votos que le
permitieron ser Presidente del Gobierno.
Cuando la historia lo juzgue señalará
Mariano Rajoy como responsable de la secesión de Cataluña.