El desentendimiento
del gobierno socialcomunista de España con el de la derecha moderada de la
Comunidad de Madrid no es solo un episodio aislado.
Es una advertencia de que las van a pasar
canutas los que no acaten los deseos de los cónsules Iglesias y Sánchez.
¿Y si los de Partido Popular madrileño no
tuvieran más remedio que agachar la cabecita y decir que lo blanco es negro?
Pues significaría lo que significa el
canto del gallo: que la turbia negrura de la noche retrocede para que irrumpa
la radiante luz del día.
--¿Y no hay remedio para evitar tanta
desgracia?
--Hayla: hacer con presteza, alegría y
agradecimiento no solo lo que los procónsules Sanchez e Iglesias manden sino
adelantarse a sus deseos.
-- ¿Y qué les gustaría?
--Que sus leales siervos se dirigieran a ellos llamándolos
no señor presidente o señor vicepresidente, sino “amo” o “amito”.
--¿Y si uno se equivoca y lo llama “amito” en
vez de “amo”?.
--Será, naturalmente, porculizado por
desacato.
