Generalmente
todo lo que parece es, por lo que ésta España que parece la cueva de Alí Babá y
sus 46 millones de ladrones, seguramente lo será.
No es que sea
nada nuevo porque desde que España tenía 28 millones de kilómetros cuadrados
hasta ahora que no llega al medio millón, los que han mandado en España siempre
han robado.
“Franco no
robó”, protestaría airado el disidente de turno.
Y es cierto.
Pero, ¿por qué
el inventor de todos los males sin mezcla de bien alguno, que era el Caudillo,
no robó?
Porque sería
un tirano, pero no era tonto.
¿Para qué se
iba a pringar quedándose con una parte de España, si España entera y todo lo que había en España
era suyo?
(Sin estar del
todo convencidos, algunos murmuran que aunque el Caudillo personalmente no
robara, lo hacía por delegación al permitir que sus allegados políticos lo
hicieran).
Se equivocan
de nuevo porque si es cierto que muchos de los allegados a Franco robaron, lo
hacían con la aquiescencia del Caudillo, porque la parte de España con la que
se quedaban complementaba el miserable salario que nominalmente les había
fijado.
Así que, si
Franco no robó, fue porque siendo suyo todo, solo a un tonto se le hubiera
ocurrido trocearlo.