viernes, 15 de agosto de 2014

ISLAM: VUELTA SIEMPRE AL RIGOR INICIAL


   Los que pertenecen a la cultura originada por el cristianismo puede que no entiendan por qué, mientras evolucionan constantemente hacia una forma de vivir más complaciente con la transgresión de las normas religiosas, el islamismo se radicaliza permanentemente.
   Como distintivo genético, el Islam nació ya con el instinto dogmático de obligar por la fuerza a aceptar su credo. Fue así como el profeta sometió a las tribus nómadas politeistas de Arabia y como, a la muerte del profeta y a cuenta de su sucesión, se originó la primera escisión, que todavía pervive y en la que sus miembros siguen enfrentados: chiies y suníes.
   Con tanta o mayor saña que a los infieles, los musulmanes persiguen a los que su imán haya declarado herejes del Islam.
   El imán lo es no en virtud de sus conocimientos certificados por ninguna instancia religiosa superior, sino por los seguidores que aglutine en torno suyo para rezar el libro sagrado e interpretar sus mandatos.
   A la luz de eso, las invasiones musulmanas en España después de ser ocupada por los norteafricanos—seguramente en un proceso muy similar al que se está produciendo en Europa ahora—lo hicieron para regenerar a sus correligionarios de Al Andalus, cuya molicie los había apartado del fiel cumplimiento de los deberes de su fé.
    Coincidiendo con la revolución que fué para la cultura basada en el cristianismo la ilustración y el reemplazo de la fé por la razón en la toma de decisiones, el Islam también vivió una transformación, cuyos efectos perduran: la que encabezada por Saud y Wahab en Arabia forzó a los creyentes a retornar a las costumbres y prácticas más tradicionalmente implacables.

     Como norma, los creyentes han liberalizado paulatinamente la observación de su credo y la práctica de sus normas a medida que los placeres a su alcance hacía su vida más amena para acabar, siempre a la fuerza, volviendo a la austeridad y el rigor originales, obligados por la fuerza de los seguidores de algún imán radical.