sábado, 26 de diciembre de 2015

UN FUTURO FELIZ

Ésta España que empezó siendo una utopía cuando a algún soñador se le ocurrió que un conjunto de partes dispares podría fundirse en un todo homogéneo, tiene ahora la oportunidad de hacer realidad el sueño.
La fórmula mágica tiene la simplicidad de lo aparentemente imposible pero realmente obvio: que todos los descontentos ganen y ninguno de los satisfechos pierda.
Pongamos como ejemplos dos de los más llamativos desasosiegos que amenazan a la fantasía conocida por España:
1.-Los que quieren mandar porque dicen que siempre han obedecido.
2.-.Los que quieren que dejen de contar como españoles porque dicen que los españoles nunca han contado con ellos.
Los primeros, para simplificar, hagamoslos identificar con Podemos y otros grupos afines, partidarios de una radical revolución social para que los pobres sean ricos y los ricos pobres.
Que manden a partir de ahora los que hasta ahora han obedecido parea que los cxplotados se conviertan en explotadores y los ahora revolucionarios evolucionen a conservadores para los futuros revolucionarios.
Que los separatistas catalanes bauticen como Catalaña  al nuevo país y los independentistas vascos se refieran a la nueva nación como Vascaña.
Y, una vez organizado el nuevo Estado, ¿de qué comerán sus ciudadanos?
1.- De lo que produzcan los emigrantes en los seis meses siguientes a su llegada, momento en que pasarán a disfrutar del derecho a no trabajar de los catalañoles, vascañoles y demás españoles.
2.- De lo que se gasten los turistas extranjeros que, como los viajeros románticos del siglo 19, vendrán en masa para asombrarse de los nuevos bandoleros, toreros y cármenes de los vascañoles, catalañoles, murciañoles manchegañoles o gallegañoles.
Aquí los apuñalaremos cuidadosamente a ellos y violaremos apasionadamente a ellas. Seguro que todos los extranjeros que vengan una vez, repiten.