Se le ocurrió a
Seneca, un cordobés del tiempo de los romanos, una triquiñuela para averiguar
quien hizo lo que no debería haber hecho.
“Qui fecit scellus,
it fecit”, dijo y que en cordobés de ahora significa que el culpable de una fechoría
es el que de ella saca provecho.
Por paisanaje y
porque me conviene para demostrar lo que quiero demostrar, (que el gobierno de
Pedro Sanchez es el responsable único del desmadre), hasta habría impedido, que
Seneca se tomase la dichosa cicuta, todavía más mortal que el infame coronavirus.
(Que a nadie se le
ocurra malpensar que, como se suele sospechar que al que beneficia un delito es el que lo cometió,
Sanchez haya introducido o esparcido por España el microbio asesino).
Y que nadie malpiense
que el sistema sanitario público español no es tan el mejón der mundo como
alardeábamos.
Más bien cabría
pensar que los adversarios políticos del presidente del gobierno han difundido
ese bulo para desprestigiarlo.
¿Quién, que no tenga bilis en el alma, puede
no cantar una elogia laudatoria al ser y al hacer de Sanchez?