sábado, 23 de julio de 2016

GOBIERNO: AHORA O NUNCA

¿Y si su tozuda incapacidad  para formar gobierno fuera un presagio de que los dioses están tan hartos de la insustancialidad de los españoles que incluso podrían dispersarlos por todo el mundo, como ya hizo con los que se atrevieron a levantar la torre de Babel?
“Si juntos no os entendéís”—puede que sea la conclusión a la que los dioses han llegado—“dispersaos por el resto de la tierra”.
Y ¿a donde irán los españoles si Inglaterra no los deja que vayan a fregar los platos sucios de sus restaurantes y tabernas?.
Todavía puede que quede tiempo a los españoles para evitar esa desgracia porque la historia enseña que enfrentados entre ellos, la mitad de los españoles que ganan en sus periódicas guerras civiles, sobreviven a la otra mitad que acaba bajo tierra o en la cárcel.
Eso sí: Si el tiempo es oro, hay que gastarlo con la liberalidad de un derrochón.
Como el Parlamento ya está constituido y no hay gobierno que le dispute la soberanía, mejor ahora que luego, deberían:
a) Acordar, presentar y aprobar una proposición de ley para cambiar la ley electoral.
b) Que esa proposición consensuada dicte que, si no hay ningún partido que en elecciones parlamentarias logre mayoría absoluta de votos y escaños, los candidatos de los dos partidos más votados se disputen el gobierno y su presidencia en un desempate.
c) Que no se subvencione con dinero público la actividad de ningún partido.
d) Que la única contrapartida económica de los partidos proceda ,1) de las cuotas de sus afiliados,b) de una parte del salario oficial de los militantes del partido que hayan sido designados para ejercer esas funciones y c) de la cuota que, junto a la papeleta de voto, se fije para cada votante.

Así, los partidos que no sean rentables, que cierren igual que las zapaterías que no vendan ni una alpargata.