jueves, 16 de mayo de 2019

EL QUILOMBO DE LUIS


Se nace lo que se es o se es lo que se nace, que más vale pájaro en mano que puñalada en el bajo vientre.
Por eso me apuesto el negro de mis uñas recién taladas a que mi amigo y, más que colega maestro, Luis Valcarce, le ha puesto el nombre de “El Quilombo”  a la tertulia que apacigua, coordina, encauza y dirige, aludiendo a la segunda acepción del término.
   Sería asi ese quilombo  una “situación en la que predomina el desorden y el ruido”.
¿Y si aludiera a la primera acepción?
Pudor me da pensarlo y vergüenza escribirlo: “lugar al que asisten hombres para contratar los servicios de prostitutas”.
A Luis lo sé capaz de derivar consensos del disenso, por lo que apuesto que su tertulia será tan apasionada como la que disfruten el y ella (o ella y  ella, el y el,  o él, ella y el canario ), pero sin guarradas.
En definitiva, que los de la tertulia de Luis no hacen más que lo que hacen todos los españoles cada minuto de cada hora de cada dia de cada mes de cada año desde que se murió el que ponia limpìeza, orden y respeto en el quilombo.
--Oiga, pero ponía orden a guantazos.
--Pero ponía orden.
--Eso si…