viernes, 24 de noviembre de 2017

EL CUPO VASCO

 Los rojos dan siempre la tabarra con esa falacia de que todos somos iguales.
Menos cuando, por no se qué sabe qué aviesas razones, se parten la cara en favor de la diferencia y el trato desigual a los que, por una vez, merecen ser tratados de forma distinta que  los demás.
Por ejemplo, lo del concierto vasco.
Un eminente rojo como tiene acreditado serlo Fernando López Agudín, al que ya le pusieron pañales color escarlata y vestían su cunita con sábanas coloradas, escribe hoy para poner de vuelta y media a Albert Rivera, el mero- mero de Ciudadanos.
¿Y por qué?
Porque se le ha ocurrido decir que los vascos deben pagar impuestos como el resto de los españoles lo hacemos, sin la triquiñuela esa del concierto y los cupos a la que se acogen para pagar menos de lo que les correspondería pagar, si fueran tratados fiscalmente como el resto de los españoles.
Así, si el partido mayoritario en el congreso de Madrid aunque necesitado de los escaños vascos para gobernar y aprobar los presupuestos nacionales precisara el apoyo de los diputados nacionalistas vascos, la benevolencia a la hora de fijar el cupo vasco facilitaría el entendimiento.
Qué bien les ha venido a los separatistas vascos y catalanes ésta democracia, para arrancar porciones de su independencia de los gobiernos centrales necesitados de apoyo político.
La historia de ésta desgraciada democracia en la que desembocó la añorada dictadura es como la del avaro que, en sus años de tribulación, malgasta y derrocha lo que ahorró con sacrificio.
¿Y cuando se acabe lo que queda?

Que venga otra dictadura y empiece a ahorrar para que lo dilapide la siguiente democracia.

lunes, 20 de noviembre de 2017

FORMALIDAD CATALANA



Si no me he enterado mal, la agencia europea del medicamento tiene que irse de su actual sede en Londres porque Inglaterra se va a salir de la Unión Europea.
Al gobierno español se le ocurrió ofrecer Barcelona (la capital de la región española que quiere quedar al margen de la comunidad europea) para que se instalen en ella los que tienen que irse de Londres en cuanto Inglaterra deje la Comunidad Europea.
Los catalanes, que se empecinan en dejar de ser parte de la Unión Europea al separarse de España, culpan al gobierno español de que la agencia europea del medicamento se establezca en otra ciudad de otro país, que acepte seguir siendo parte de la Unión Europea.
¿Y se las dan los catalanes de serios y formales?

Anda ya….

sábado, 18 de noviembre de 2017

UNA, GRANDE, LIBRE

A ocho años del medio siglo del advenimiento de la democracia, tiempo es ya de echar cuentas.
¿Vivirán mejor los españoles del próximo 20 de Noviembre mejor que vivían los  del 20 de noviembre de 1975?
Cachivaches informáticos aparte, ¿qué tienen los españoles de ahora que no tuvieran los de 1975?
¿Se ha confirmado que sin Franco los españoles son más felices que con Franco?
¿Las versiones contradictorias  al alcance de los españoles de ahora, ¿les permiten estar mejor informados que cuando solo se difundía la versión oficial de un asunto?
¿Es más UNA la España del conflicto catalán de ahora que la España de antes?
¿Es más grande con Cataluña ya casi escindida?
¿Son más libres los españoles de ahora que votan varias veces al año que los de antes que raramente lo hacían, si es que votaban alguna vez en su vida?

 









 A ocho años del medio siglo del advenimiento de la democracia, tiempo es ya de echar cuentas.
¿Vivirán los españoles del próximo 20 de Noviembre mejor que vivían los  del 20 de noviembre de 1975?
Cachivaches informáticos aparte, ¿qué tienen los españoles de ahora que no tuvieran los de 1975?
¿Se ha confirmado que sin Franco los españoles son más felices que con Franco?
¿Las versiones contradictorias  al alcance de los españoles de ahora, ¿les permiten estar mejor informados que cuando solo se difundía la versión oficial de un asunto?
¿Es más UNA la España del conflicto catalán de ahora que la España de antes?
¿Es más grande con Cataluña ya casi escindida?
¿Son más libres los españoles de ahora que votan varias veces al año que los de antes que raramente lo hacían, si es que votaban alguna vez en su vida?

 


















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martes, 7 de noviembre de 2017

LA TONTOCRACIA

Cuando los españoles se entusiasmaron tanto al votar la primera vez para elegir gobierno, ya había vivido yo cinco años en un país donde eso de la democracia medio funcionaba y tres más en otro en el que la democracia era un desastre mayor que la dictadura del difunto Franco.
Me abstuve de votar en España hasta que metí en la urna el sobre y la papeleta que mi hija me dio.
Después, y por inercia, cumplo puntualmente con mi hija al acudir a las urnas.
Así que, con conocimiento de causa, puedo confirmar que eso de la democracia es una TONTERÍA.

Una entretenida tontería, eso si. Todos hablan de todo, como si todos supieran de todo lo que hablan.

lunes, 6 de noviembre de 2017

P(U)IGDEMONT

Es menester ver el lío que se ha liado por la huida del tal Puigdemont, propiciada por la dejación de funciones del gobierno de España, un gobierno de babiecas que siempre está en Babia.
¿A nadie se le ocurrió mandar que no perdieran a Puigdemont de vista ni un minuto mientras, y después de que se paseara por las calles de su pueblo, en loor de multitudes?
“Es que vigilarlo, sin orden judicial, habría sido ilegal”,  protestaría el pánfilo.

Pues vale, pero el individuo permanecería a buen recaudo y sin pregonar al gobierno que lo dejó escapar.

domingo, 5 de noviembre de 2017

CATALANES Y BELGAS

Si tenía que escaparse Puigdemont, no podía haber sido a otro país que a Bélgica, rareza de unidad mantenida a pesar de la permanente tentación para fragmentarse.
En tamaño, Belgica coincide con los 32.000 kilómetros cuadrados de Cataluña, donde la gente está menos apretada.
En cuanto los catalanes dejaran de hacer la puñeta para dedicarse a hacer un par de millones más de catalanitos, los dos paises serían uno espejo del otro.
¿Y cómo ven sus vecinos a los belgas y los catalanes?.
Todos los chistes que se aplicaban en España hace años para ridiculizar a los de Lepe ya se contaban en Europa referidos a los belgas.
Para los demás españoles, los catalanes son generosos, desinteresados, ocurrentes, espontáneos y de natural simpatía.
Parecidos a aquel negrito cubano del  que se decía que todas las mañanas rezaba: “Dios mio, hazme blanco, aunque sea catalán”.

Negrito que era una rareza entre los de su casta: preferían seguir siendo negros.

LA PATRIA ESA ENTELEQUIA

 Esa ventolera de indignación inducida que hace ondular últimamente a los españoles tiene su intríngulis: ¿es el patriotismo consecuencia del sentimiento que emana de la patria?
¿Es la patria el punto de coincidencia sentimental de los que se identifican como patriotas?
¿Es posible una patria sin patriotas? ¿Puede el patriota transferir su amor de una patria anterior a otra posterior?
Con una publicidad eficaz todo es posible, y mucho más si al receptor de la propaganda le da igual ocho que ochenta, y le importa tanto el jabón como el hilo negro.
(Hay una dentistería sevillana que, en su anuncio radiofónico, se declara a sus futuros clientes “comprometida con su sonrisa”).  
Si los dientes pasan a ser más imprescindibles para sonreír que para masticar y triturar los alimentos, ¿qué puede esperarse de la Patria?
¿Debe estar dispuesto el ciudadano a matar al enemigo de su patria y a dejarse matar por ese enemigo?
En esto de la patria hay demasiado cuento. Tanto o más que en ese hálito intangible conocido por amor, que en el momento de materializarlo ya empieza a esfumarse.
Amor a la patria: doble fantasía, eternidad caduca.



miércoles, 1 de noviembre de 2017

O PAGAS O TE LA CARGAS

Halloween, la festividad que los norteamericanos metieron de matute a España y que mandó al Tenorio a la covacha de los cachivaches, es algo que cautiva a los propensos a dejarse cautivar por lo exótico.
“Tip or Trick”, (“si no sueltas la pasta te hago una putada”)  es la disyuntiva que plantean los niños a los adultos en Halloween.
Mas o menos la que los blancos emigrantes plantearon a los indios nativos que se encontraron al llegar: “si no os quitáis de en medio, os matamos”.
Y los  mataron a casi todos porque, además, en vez de castigar a los asesinos les daban un premio por cada asesinato.
¿Y cómo demostraba el asesino de indios que había matado a tantos como por los que pretendía cobrar?
No era cosa de arrastrar los cadáveres de todos los muertos hasta el cuartel donde las autoridades les pagaran lo que por matarlos hubieran prometido.
Así que el alimañero que mataba indios les arrancaba la cabellera que guardaba en un saco y cobraba por haber matado tantas alimañas como cabelleras de indios presentara.
¿Y no es una contradicción que una forma de vida basada en la competencia entre iguales, como son los Estado Unidos, premie la mendicidad?

Desde luego que no porque lo que se pide no remite a Dios su pago, sino a la bomba de hidrógeno que caerá sobre el que se atreva a rechazar la exigencia.