miércoles, 4 de octubre de 2017

RAJOY IRRESPONSABLE





Fue emotiva la intervención del Rey y lo fue su discurso para frenar la sedición de Cataluña.
Pero, ¿fue oportuna?
Si a las palabras del Rey Felipe VI hicieran oídos sordos los secesionistas catalanes y sus líderes, ¿qué recursos le quedan a España para evitar lo que aparentemente es inevitable?
¿Por qué el gobierno de España permitió que el Rey y la Institución que encarna se implicaran en el embrollo originado por la ineficacia de los gobiernos?
Presidente del gobierno puede serlo hasta el más lerdo de los españoles, como ha demostrado la historia española del último medio siglo.
Pero si Felipe VI perdiera la corona porque ni su intervención inoportuna resolviera el desafío catalán, ¿quién ejercería  la Jefatura del Estado hasta que, en el mejor de los casos, Leonor de Borbón pueda hacerlo?
Las tareas de gobierno, en el régimen español, corresponden al Gobierno y su presidente,  y las de la Jefatura del Estado al Rey, como eslabón de la mutante jefatura gubernamental.
El presidente que ahora tenemos los españoles cedió anoche al Rey la tarea de quemarse, que le correspondía como Jefe del Poder ejecutivo, por naturaleza cambiante a plazos fijos.
Rajoy permitió anoche que la caducidad regulada de su Jefatura del Gobierno la asumiera el Rey como Jefe del Estado.
Mal presidente del Gobierno es el que mal gobierne, pero peor es el que permite que la temporalidad de su mandato político recaiga sobre la perpetuidad de la Jefatura del Estado.