miércoles, 27 de diciembre de 2017

CAMBALACHE

Uno, que de tantas como ve en la televisión ha llegado a considerar la vida como una película de cine, se desconcierta a veces.
Por ejemplo, cuando lee como hoy ha leído este titular en Libertad Digital: “Maillo acusa a Ciudadanos de tener miedo a gobernar y le pide que se comporte como Rajoy”.
(Será suposición equivocada, pero uno se malicia que el del partido popular se refería a la negativa de Inés Arrimadas a intentar formar gobierno en Cataluña, a pesar de que fuera la suya la candidatura que más votos logró e pasado día 21).
Lo malo es que la señora Arrimadas hizo exactamente igual que Rajoy había hecho cuando el 21 de enero de 2016 rechazó la invitación del Rey para formar gobierno, aunque la candidatura del Partido Popular que encabezaba fue la más votada en Junio del año anterior.
Así que la señora Arrimadas, aunque haya hecho igual ahora que había hecho Mariano Rajoy antes, ha disgustado tanto a Fernando Martinez-Maillo  como alabó a su jefe cuando hizo lo mismo.
El señor Maillo y los políticos en general, ¿dicen siempre lo que creen o piensan? ¿Deben los electores confiar en lo que diga un político? ¿Es habitual que un político diga lo que crea que a sus posibles votantes les gustaría oir?
Los ciudadanos que somos creyentes confiábamos antes en la Divinidad que nuestra particular fe nos inspirara como recurso para librarnos del mal y garantizarnos el bien.

De un tiempo a ésta parte los políticos han reemplazado a aquellas  divinidades  tutelares  y el cambio ha sido un cambalache en el que hemos salido perdiendo.

martes, 26 de diciembre de 2017

LA ESABORICIÓN DE TRABAJAR

Ya saben ustedes que se llama tópico a lo que, siendo más falso que la mentira más descarada, a fuerza de repetirlo parece tan verdad como que hemos de morir.
Por ejemplo: de los andaluces dicen los que no lo son que, de tan vagos, ni para comer nos sentamos porque lo hacemos tumbados y que, más que vagos, somos vagones.
Se entiende por vago al que dedica más esfuerzo a eludir el trabajo del que requeriría cumplir el compromiso laboral.
Hasta hace menos que nada (prácticamente hasta que la Junta de Andalucía dictó solución a una discrepancia del Tribunal Supremo sobre la jornada laboral), la vagancia de los andaluces la consideraban un defecto sus compatriotas de las demás regiones españolas.
Llovió sobre mojado cuando su gobierno eximió a los andaluces de otras dos horas y media semanales de trabajo.

El Tribunal Supremo de España , de la que Andalucía es parte, rechazó la dádiva del descanso adicional, por lo que los del gobierno de Andalucía han contraofertado, y les ha sido aceptado, que la media hora diaria de regalo de los cinco días de la semana sean de cumplimiento “no presencial”.
¿Mande?
“No preocuparse” (en castellano ”no os preocupeis”) que Susana Diaz, por ahora última de la dinastía socialista que reina en Andalucía, ha conseguido aliviar el peso del yugo del trabajo.
¿Y cómo lo ha hecho, Dios la bendiga?
Pues que pueden llegar cada uno de los cinco días semanales laborables media hora después o salir media hora antes de la prevista para inicio o final de la jornada.
¿Y se suprimen los habituales coffees breack o montillas breack de entre medias del laburo?
Ni hablar. Ese derecho social es irrenunciable y esta más que consolidado con el tiempo.

Comme il faut. Como tié que sé.
Y, si me guardan el secreto, les aviso que Susana planea y trama reducciones del horario laboral y subidas de sueldo, si los andaluces tuvieran a bien reelegirla.

domingo, 24 de diciembre de 2017

LA VUELTA DE PUIGDEMONT

Esquerra Republicana y Junts per Catalunya son aliados en su patriotismo empeñado en que Cataluña se independice de España de la que hasta ahora sigue siendo comunidad autónoma.
El partido de Carles Puigdemont, exiliado en Bélgica y que en cuanto pise territorio español iría directamente a la cárcel, sacó más escaños que el partido de Oriol Junqueras en las elecciones del 21 de diciembre.
Así que, si su sentimiento patriótico prevaleciera sobre su rivalidad partidaria, los diputados del Partido de Junqueras votarían a favor de Puigdemont para que volviera a ser Presidente de la Comunidad.
Sin embargo, esa posibilidad tiene un pero: que como Puigdemont anda huido y pregonado por la justicia, lo trincarían, lo enchiquerarían  y no podría personarse en Barcelona pata tomar posesión del cargo.
A no ser que…
A no ser que, constituido el nuevo parlamento catalán, su primera medida sea proponer, votar y aprobar una ley que permita al Presidente de la Comunidad Autónoma jurar su cargo por videoconferencia.
Se supone que un gobierno prudente y avisado como es el de Mariano Rajoy tendrá prevista esa eventualidad y adoptará las medidas para contrarrestar la maniobra.
Más que una suposición, es una certeza que, como en todas las ocasiones en las que ha debido resolver un conflicto, también complicará éste.
Pasará lo que tenga que pasar pero, como diría el novillero cordobés Rafael Poyato, “hay más probalidades que salga mal que menos probalidades que salga bien”.
Por si acaso, en ésta Palma del Rio desde la que asisto al deshilachamiento de España, de un tiempo a esta parte proliferan las academias de catalan, el consumo de butifarras supera al de chorizos y la música de la Santa Espina acalla a los jipíos del flamenco.


sábado, 23 de diciembre de 2017

SEPARATISMO INFECCIOSO

Donde las dan las toman y, de Quevedo para acá, ya sabemos que el alguacil puede ser alguacilado.
Pues bien: hay separatismos que en su germen cromosómico son portadores del irrefrenable instinto separatista.
Está pasando en Cataluña, esa región española que tanto porfía para separarse del resto de España.
Y es que no todos los catalanes sufren el contagio separatista, ni con la misma intensidad.
Así que, si lo que hasta ahora es una de las 17 comunidades autónomas del Reino de España consiguiera independizarse, no acabarían los problemas de Cataluña sino que sería el punto de arranque de un imparable frenesí separatista.
La actual Cataluña sería como una ameba: entraría en un proceso reproductivo por partenogénesis haploide, consistente en su sucesiva partición en dos mitades.
Todavía no se ha librado Cataluña del yugo opresor de España y ya se cierne sobre el futuro estado independiente la amenaza separatista.
Los catalanes dicen que la independencia los hará más felices porque les permitirá dejar de pagar al resto de los españoles que son más pobres, y ese mismo argumento se está volviendo contra ellos.
De hecho, ya existe la asociación para que Tabarnia (el antiguo territorio catalán que abarcaba el Condado de Barcelona) se segregue de la Cataluña independiente.
Barcelona y Tarragona serían los núcleos urbanos más destacados de Tabarnia, que se extendería desde la comarca de la Selva Española, al norte, a la del Baix Camp, al sur.
Carla Arrufat, que preside la Asociación por la Autonomía de Barcelona, se queja de que “Barcelona y su área metropolitana aportan el 89 por ciento de los recursos de la Generalitat y solo reciben el 59 por ciento”.
“Prefiero una Barcelona fuera de Cataluña a una Barcelona fuera de España”, sentencia la presidenta Arrufat, que  se queja porque ” no es que no queramos ser catalanes, sino que (los separatistas catalanes) no nos están dejando otra opción que la de separarnos de Cataluña”.

Conspìcuos observadores de la realidad catalana apuntan que, si la tentación separatista se radicaliza y extiende, podría suponer la ruptura de la armonía familiar en el piso que compartan.

lunes, 18 de diciembre de 2017

MANDANTES Y OBEDIENTES

Como el místico Juan de la Cruz, los cada vez más materializados españoles vivimos son vivir en nosotros mismos.
Y todo porque el contubernio de los partidos políticos aparentemente enfrentados marca los momentos de contracción (sístoles) y relajación (diástoles) del corazón de España, que somos los españoles.
Hubo un tiempo cada vez más lejano, y por eso cada vez más añorado,  en el que los españoles si no felices, por lo menos vivían tranquilos.
Les bastaba, porque les convenía, delegar sus voluntades en el ciudadano que la Providencia había colocado para mandar sobre todos,  y todos los que lo obedecían eran felices y vivían tranquilos.
Pero poco dura la felicidad en la casa del pobre y los pobres españoles se quedaron sin  su luz, su guía, su servidor y su caudillo, sin su ángel tutelar que durante cuatro décadas les mandó lo que debían hacer,  les prohibió lo que los dañaría si lo hicieran y redujo su única obligación a  la de obedecerlo.
Acostumbrados a que les mandaran, los españoles creyeron que ahora eran ellos los que mandaban, como les aseguraron unos embaucadores llamados políticos.
Y como todos querían algo diferente de lo que los otros exigían, tuvieron que delegar en representantes electos para que negociaran lo mejor para todos, y que acabó resultando lo peor para todos los que no habían intervenido directamente en la negociación.

Esos negociadores, que cambalacheaban en nombre de sus representados, pasaron a ser conocidos por “políticos” y se distinguían de los que no lo eran por ser los únicos, representaran a los que representasen, que vivían divinamente.

domingo, 17 de diciembre de 2017

ANTES, AHORA Y SIEMPRE

Santiago Abascal, que es presidente de “Vox”, el único partido que se opone a la inverecundia política que desde 1978 infecta a España, quiere que se ilegalice a todos los partidos políticos “que quieran romper la unidad de España”.
No hay ningún partido político cuya mera existencia no implique su propósito de fragmentar al país: la etimología descubre que “partido” es una fracción del todo.
Así que la propuesta de Abascal merece ser tenida en cuenta pero como base de partida que permita llegar a la conclusión de que solamente la supresión de TODOS los partidos españoles evitaría fragmentar el conjunto, que es España.
Todo cambio precisa un reacomodo y el que supondría para el enjuague político nacional acabar con los partidos políticos sería un cambio revolucionario, un proceso de cuyo término es imposible vaticinar el resultado.
Lo más probable, si Santiago Abascal tuviera oportunidad de hacer realidad su propuesta y hasta de culminarla encaramándose al prisma de la pirámide del poder, es que todo seguiría en España, más o menos, como ahora.
Porque, el objetivo fundamental del gobierno que encabezara sería, como el de todos los gobiernos, eternizarse en el poder.
¿Y eso como se consigue?
Pues evitando por todos los medios que le permita el ejercicio del poder  que un ambicioso sin escrúpulos consiga mandar en vez de seguir obedeciendo.

Así fue antes, así  es ahora y así será siempre.

sábado, 16 de diciembre de 2017

ICETA

Algo o alguien tan ambiguo que su aspecto físico difiera de su sentimiento intimo es arriesgado, por lo que debería evitarse emitir un juicio apresurado sobre sus promesas.
¿Y si lo que dice que va a hacer contradice también a lo que hará?
Me refiero a Miquel Iceta, el barcelonés de apellido guipuzcoano que parece empleado de abarrotería y se siente tía solterona que todavía confía en que le salga pretendiente.
Por los mítines electorales anda Miquel con todas sus contradicciones a cuestas: dice que quiere impedir que los secesionistas catalanes vuelvan a intentar separar a Cataluña de España, pero se desvive por aventar al olvido del perdón su fracasado delito separatista.
Adivinar las intenciones de una persona cuyo sentimiento personal coincida con su aspecto físico es complicado.
En el caso de Iceta roza lo imposible: ¿Quiere engendrar o quiere concebir una Cataluña independiente de España?
¿Aspira a ser el Padre de la Patria Catalana o la mismísima Madre Patria de los catalanes?

Mejor ni siquiera preguntárselo al interesado. Podría decir lo que una de las personalidades de su cuerpo alberga, en contradicción con lo que le gustaría a su otra personalidad.