miércoles, 27 de junio de 2018

ANTES DE QUE SEA TARDE


En tiempos en los que ni se podía soñar que el teléfono móvil sería el más fiel custodio de los secretos de su dueño, hubo quien dijo que el hombre había venido al mundo para alabar, reverenciar a Dios y, mediante eso, salvar su alma.
Ahora las cosas se han complicado.
El hombre ha nacido y vive para votar al que, después de haberlo votado, descubrirá que es lo contrario de lo que pensaba que sería: más falso que una moneda de madera y con mayor capacidad que un zapato estrecho para martirizar al que confiaba en que fuera tan suave como un guante de cabritilla.
Si alguien espera que culpe a las elecciones y a la democracia de los males humanos, está equivocado: cuando la humanidad se reducía a Adán y Lilith, la exigencia de la segunda al primero de que, puesto que ambos eran iguales, no siempre tendría que ser el hombre el que montara a la hembra, causó el primer conflicto.
El follón consecuente obligó a Dios a rectificar y, para reemplazar a Lilith que se fue a vivir la vida birlonga con los descendientes de los ángeles caídos, le dio un tranquilizante a Adán para, mientras estaba dormido, quitarle una costilla que posteriormente recubrió para transformarla en la que sería Eva.
¿Y que pasó?
Pues que, hasta que miles y miles de años después se fundó la  LGTBIQ+ (Lesbianas, Gays,Trans, Bisexual, Intersexual, Queer, CIS,Asexual y Pansexual), las relaciones entre la pluridiversidad humana no se han aclarado.
Por fin establecidas las reglas y los reglamentos que deben arbitrar las relaciones entre toda la variedad de humanos, se vaticina un futuro estable y dichoso.
Tiempo que debería aprovecharse para proponer soluciones a los inminentes conflictos que ya originan la interrelación de todas las variedades de la raza humana con  robots, máquinas, ordenadores y animales domésticos de todas las variedades, incluyendo los alimentados por baterías eléctricas o los que operen por conexión inalámbrica con el caprichoso cerebro de sus dueños.
Para no pretender remediarlo tarde, mejor resolver el problema cuando todavía no lo sea.YA.