Sándalo aspiro si tu vientre beso,
lánguida es tu pasión que el gusto apaga.
Pétalos de jazmín, tomillo, aliaga,
súplica es de amor tu aliento espeso.
Trémulos tus senos en mi boca apreso.
Súbita quietud, voz que divaga,
hálito fugaz, muerte que amaga,
pétrea eternidad debajo de mi peso.
Tálamo de doradas amapolas
ímprobo rodar de ola tras ola
hízonos de la pasión sirvientes.
Héroes fugaces de una idolatría,
ávidos títeres del placer urgente,
víctimas felices del sol y la alegría.
(Escrito y descartado para “Sentencias Salomónicas”)
1 comentario:
Me atrevo a deducir por el acento
que impregna este soneto que ahora leo
que se escribió en horas de apogeo
o en trance de un amargo abatimiento.
Tu ESDRÚJULO semeja un vano intento
de soñada aventura en gineceo,
caricias delirantes de himeneo
fingiendo un ardoroso atrevimiento.
Mas tú no eres así. Eres más LLANO
y es LLANA tu verdad como un escudo,
secilla y transparente pero LLANA.
Y siendo GRAVE,tenaz y cartesiano
cuando quieres, cuando te da la gana
cantando las cuarenta eres agudo.
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