ESPAÑOLES, SUPEREMOS A SIRIA
España es el segundo país donde más aumenta la percepción de
corrupción. Solo Gambia, Guinea, Malí y Libia han empeorado tanto, según
Transparencia Internacional. Siria es el país que refleja una mayor pérdida de
transparencia de sus instituciones (Diario El Pais)
Este titular del diario
madrileño debe servir de aviso y estímulo: un estado de democracia consolidada
como el español y un pueblo trimilenario, exportador de lengua, cultura,
civilización y creencias no piede dormirse en los laureles del pasado.
Los españoles
deberíamos renovar esfuerzos, si hace falta hasta la extenuación nacional, para
que no se nos equipare a Gambia, Guinea, Mali o Libia, paises todos con estados
recién salidos de la organización tribal, con un estado como el nuestro que
midió la anchura del mundo, que salvó a la civilización cristiana, gestó
naciones elevánndolas de su condición de tribus y las enganchó a palos a la civilización, aunque se
resistieran.
Siria, que gracias a
sus muchos años de guerra civil ha
conseguido superar a España en la percepción que sus habitantes tienen de la
corrupción, gana a España en esa vuelta atras del progreso que es la percepción de la corrupción.
Los españoles, que
quizá con la única excepción de los afganos, somos el pueblo que más experiencia
tiene en el sutil arte de matarse entre sí, deberíamos poner pié en pared y
recuperar el lugar de liderazgo mundial en la corrupción que los sirios nos
disputan.
La calidad y cantidad
de corrupción administrativa, civil y política de los españoles ya es
imbatible. Para dejár atrás a Siria solo necesitamos liarnos otra vez a tiros.
Aunque para eso nunca
sea tarde, no perdamos tiempo: echémosnos una guerra civil.
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