En
1848 Marx y Engels publicaron su manifiesto comunista, que sería en adelante el
estandarte del combatiente cosmopolita que, en lugar de luchar por su Patria o
su Rey, lo haría por mejorar la condición social de los trabajadores.
La
publicación del manifiesto coincidió con la revuelta de Paris, en la que por
primera vez protestaron de forma coordinada los obreros, que sufrían recortes
en sus ingresos por el cierre de numerosas fábricas, originado por la saturación de la demanda.
El
sindicalismo, todavía en la época infantil de su desarrollo, apareció como
instigador de la obligación de los obreros de reclamar sus derechos, lo que en
adelante convertiría a los trabajadores de cada país en adversarios de los
gobernantes, más molestos que los tradicionales enemigos exteriores.
Una
de las causas que propició la toma de conciencia de clase de los obreros que
que huyeron del campo cuando se quedaron sin trabajo, desplazados por la maquinización,
fue su concentración en barrios insalubres y carentes de condiciones dignas,
que crecieron cerca de las fábricas.
Encontraron
el trabajo que habían ido a buscar y mejores salarios que en las labores
agrícolas, pero a medida que los empresarios industriales notaron que sus
beneficios disminuían por la competencia o la saturación del mercado,
aumentaron los precios que terminaban pagando los obreros.
Creció,
a partir de 1848, la importancia del movimiento obrero y los conflictos
sociales por sus demandas de mejores salarios y condiciones de trabajo,
apoyadas por los sindicatos, ocuparon pronto el primerf lugar entre las
preocupaciones de los gobiernos
Organizados
en sindicatos cada vez más influyentes en las decisiones nacionales, crearon
partidos para influir en las decisiones políticas, o los partidos políticos
apadrinaron sindicatos para convertirlos en fuerza de choque de sus programas
gubernamentales.
Fueron
los estados organizados según ideas totalitarias los que con más acierto
utilizaron a sus sindicatos nacionales para establecer sus dictaduras, como lo
atestiguan el comunismo, el nazismo, el fascismo y el franquismo.
La
utilización de los sindicatos como herramienta política es una de las
características diferenciales entre la izquierda igualitaria y la derecha
libertaria porque ningún estado de orientación liberal-derechista cae en la
tentación de financiar sindicatos con dinero público.
Con
escasas excepciones, los conflictos bélicos posteriores, sobre todo los
civiles, los generó o impulsó el ansia de los que tenían menos por disfrutar el
bienestar de los que tenían más y sustituyó al religioso o estratégico como
pretexto para la guerra.
En
Rusia, Alemania, Italia y España, países en los que se instalaron regímenes
totalitarios, a los dirigentes sindicales les planteó el sistema una
alternativa: integrarse obedientemente y de forma entusiasta en el nuevo
aparato de representación de los trabajadores ,o ser encarcelados, deportados o
fusilados.
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