La de ayer fue
una programación diferente a la habitual de las noches de los lunes en Canal
Sur: en vez de los habituales reportajes, emitió un debate político entre tres
candidatos a las elecciones parlamentarias regionales del 22 de Marzo.
Susana Diaz (PSOE),
Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) y Antonio Maillo (IU), demostraron una vez más
que, cuando se cambia para peor, más vale no cambiar.
La primera
ratificó que, si a su partido le ha ido tan bien su manera de atenazar
Andalucía en los últimos casi cuarenta
años, no tiene por qué irle mejor si cambia el modelo de satrapía.
Moreno Bonilla
confirmó la sospecha de que lo equivocó el que lo quitó de secretario de estado
de sanidad en Madrid para que fracasara como aspirante a Presidente de una
Andalucía demasiado compleja para la simplicidad de su talante.
Antonio
Maillo, convidado para que la pareja Diaz-Moreno completara el trío, repartió
culpas que su partido había compartido con los socialistas para aparentar que,
de los tres, era el menos culpable del desastre andaluz.
La avispada
Susana Díaz demostró que es la más lista de los tres porque supo descargar en
un ausente, el presidente del gobierno Mariano Rajoy, la responsabilidad de
todo el desbarajuste andaluz minuciosamente patroneado por los Presidente socialistas
de la Junta.
La culpa de
que Andalucía ocupe los últimos lugares en medidores de bienestar social,
educativo y de paro entre todas las regiones europeas y españolas la tienen las
medidas de ajuste presupuestario del gobierno de Mariano Rajoy.
Así, la
presidenta Susana Diaz culpó a Rajoy de la responsabilidad de los recortes
sociales, el atraso educativo, la deficiente atención sanitaria, la galopante
corrupción político-sindical y el escandaloso paro en Andalucía.
Al impávido
lugarteniente andaluz de Rajoy, que escuchaba como un buda inmutable cómo la socialista culpaba a su
jefe por sus propias culpas, ni se le ocurrió precisar que las medidas del
gobierno central afectaban a todos los gobiernos autonómicos y no solo al
andaluz.
¿Y de la corrupción?
La socialista, que de eso de meter la mano en provecho propio en lo que es de
todos sabe mucho, por lo que dicen jueces y prensa, señaló a Bonilla como al
auténtico capomafiosi.
La candidata
socialista lo acosó para que admitiera cuantos candidatos imputados por la
justicia figuraban en las listas electorales del Partido Popular.
Moreno
Bonilla, ante la insistencia de su adversaria, guardó un tozudo silencio y se
negó reiteradamente a contestar.
Como el que
calla otorga, los que oyeron el debate llegaron a la conclusión de que los del
Partido Popular en Andalucía tienen más candidatos implicados en casos de
corrupción por la justicia que el Partido Socialista, el aparentemente
beneficiado por la corrupción.
Con
adversarios como los que designa el PP, los socialistas tienen garantizado para
rato el control del cortijo andaluz. Sarna con gusto no pica.
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