El tiempo es
un regalo que los dioses dan con prodigalidad a los hombres y que los andaluces
agradecen con acuciante diligencia para que su astucia racial les permita el
mayor bienestar con el menor esfuerzo.
Ahí esta el
caso de Juan Pablo Durán, el andaluz al que su aplicación en la Universidad de
la Vida lo ha capacitado para elevarse a la responsabilidad teóricamente más
elevada de la Región: Presidente del Parlamento Andaluz.
La Universidad
en la que se graduó lo entrenó para aguzar su astucia y acertar a qué masonería
someter su obediencia para que, sirviendo sus reglas, se entrenara en la
obediencia que lo elevarían al mando.
Obedeció aceptando
el destino que, en cada caso, le asignó el PSOE y fracasó en todas las
funciones que el partido le encargó: como secretario provincial del PSOE de Córdoba,
encabezó la candidatura a la alcaldía y, como fracasó, lo nombraron portavoz
del grupo municipal hasta que, en 2014, dejó el cargo para aceptar el de
senador por el cupo autonómico.
Como consejero
por su partido en el consejo de administración de Cajasur, fue multado con
64.000 euros por el Banco de España por su eficaz cooperación en la quiebra de
la entidad y, entre sus más felices aportaciones a la doctrina del PSOE, se
cita la frase de que “la derecha solo sabe matar”.
Ya ha
demostrado en la Presidencia del parlamento andaluz su instintiva tendencia a
obedecer hasta cuando le mandan que mande.
En la sesión
constitutiva de la cámara, permitió que, en la mesa del Parlamento, la derecha personificada
en el PP, que en las elecciones fue la segunda fuerza más votada lo que le dio 33 diputados, tuviera la misma representación
en la mesa que Izquierda Unida, la menos votada: un puesto cada una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario