Fue la del 27 de
Septiembre otra oportunidad perdida y veremos a ver cuando se presenta la
próxima porque, a medida que el tiempo pasa, la cadencia parece acelerarlo.
Que le pregunten
si no a un viejo si un año de hace treinta se esfumaba tan vertiginosamente
como un año de ahora.
¿Cuándo se
presentará una oportunidad como la perdida ayer para que España se libre de una
pesadilla que, como la catalana, nos quita el sueño esporádicamente desde hace
justo tres siglos?
Porque fue el 16
de Enero de 1716 cuando Felipe V de Borbón, el rey francés que sucedió al
Austria Carlos II, firmó el decreto por el que prohibía las leyes, usos y
costumbres por las que Cataluña se había regido hasta entonces y las cambió por las que siguen en vigor ahora.
En definitiva, el decreto
sustituyó por la de Castilla la organización del territorio catalán, las leyes
catalanas por la castellana y la lengua catalana por el castellano.
Era una medida que
cabía esperar porque Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares se habían
pronunciado por el archiduque Carlos de Austria, derrotado por el francés
Felipe que, con su victoria, impuso el centralismo francés a la confederación
de reinos del Imperio Austriaco.
¿Y si en vez de
castigar a los rebeldes a ser como los leales, FelipeV los hubiera obligado a
seguir siendo como habían sido y los hubiera condenado a mantener los usos y
costumbres que los llevaron a la derrota?
No lo sabemos pero
lo cierto es que dos siglos más tarde, en 1939 otro vencedor, el invicto
caudillo Francisco Franco, tropezó en la misma piedra.
Por haberse
alineado con la República, Franco condenó a los catalanes al mismo castigo que
Felipe V.
Les volvió a
prohibir que siguieran siendo como eran, lo que les costó la derrota, y los
obligó a ser como lo que a los no catalanes les había dado la victoria.
Es evidente, por
las consecuencias derivadas de aquella decisión, que el Caudillo no era tan
listo como se decía sino más torpe todavía que Felipe V porque, en vez de
enmendar el error de aquel rey, lo repitió.
Si Franco hubiera
prohibido a los catalanes en 1939 hablar español, regirse por las leyes de
España y les hubiera cobrado un canon por comerciar con, viajar a y proclamarse
a sí mismos españoles, no estaríamos ahora como estamos.
Psicología básica
que hasta el bíblico Dios omnisciente ignoraba. Si hubiera mandado a Adán y Eva
que se comieran aquella maldita manzana, antes de hacerlo se habrían muerto de hambre.
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