Camino que polvoriento
por entre
encinas serpea.
De ninguna parte viene
y a ninguna parte lleva.
Un atardecer de Mayo
una nube de antracita
desde Peñaflor se acerca.
Los romos cerros serranos
se esconden en la tiniebla.
Un rayo de oro fulgura
y raja la nube negra.
Desde la grieta que abre
se precipita a la tierra
un caño de agua furiosa
y enloda el seco camino
que entre encinas serpentea.
Y la sierra hasta ayer seca
ahora es ya tierna y jugosa
aunque sea la misma sierra.
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