En la más profunda
sima de la depresión me levanté a las diez que marcaba el inoportuno
despertador, tan sin ganas de vivir en mí que hasta había decidido dar una
tregua a mis sufridos y toleranrtes lectores.
Pero el hombre
propone y Dios (o el Alcalde) dispone.
Porque me sacó de la
abulia un mensaje que trastocó mis planes:
“Estimado/a
compañero/a,
En conmemoración del Día Mundial de la
Diversidad Sexual, el Ayuntamiento de Palma del Río convoca a la ciudadanía
a asistir hoy martes a
las 14:15 horas a la lectura
de un manifiesto ante las puertas de la Casa Consistorial.
Un cordial saludo”
Así que,
en vez de asearme y ponerme unas ropillas de andar por la intimidad de mi casa,
me preparé a desnudarme totalmente para parrticipar, en pelotas, a la
convocatoria de mi alcalde.
¿En
pelotas, y por qué?
a) porque
desnuditos, como llegamos al mundo todos, es como mejor se evidencia la diferencia
sexual, ya que el prejuicio burgués todavía no ha envilecido al ser humano
hasta el punto de esconder, con el pretexto del pudor, que no es lo mismo la
concavidad femenina que la protuberancia masculina.
b)Porque a
las dos y cuarto de la tarde, y en la plaza del Ayuntamiwento de Palma del Rio
no hay quien sea capaz de aguantar ni un minuto con un simple sombrero de paja
(con perdón) encima.
Acudiré,
pues a la convocatoria del alcalde que esta para convocar a los ciudadanos
tanto como los ciudadanos estamos para responder a sus convocatorias.
¿Pero, en
pelota picada?
Y, ¿cómo,
si no, si quiero volver a casa por mi mismo y que no me traigan en ambulancia?
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