Nadie duda de
que es un hombre progresista como se define al que, para conseguir su objetivo
vital final, supera progresivamente los obstáculos intermedios que le salen al
paso.
Naturalmente,
me refiero a Pedro Sánchez cuyo destino final es ser Presidente del gobierno de
España y que, como es un innovador, pretende hacerlo según la frase: “de derrota
en derrota hasta la victoria final”.
Ser presidente
del gobierno es el objetivo de Sánchez y la perseverancia su táctica.
Porque las dos
veces que le ha ganado las elecciones Mariano Rajoy lo hizo por interesada concesión
oportunista de Sánchez, para que el del Partido Popular se confiara.
A la tercera, o
la cuarta o la quinta o a la que sea, Sanchez sacará en las elecciones más
votos que Rajoy y ese momento será el del triunfo del socialista y la derrota
del popular.
El tiempo juega
a favor de Pedro Sánchez porque es más joven que Rajoy y, si la vida de ambos
discurre por los plácidos cauces de un arroyo tranquilo, el del Partido Popular
se hundirá antes que el del Partido Socialista.
Tiempo al
tiempo, que el tiempo es un regalo que los dioses hacen a los hombres con
prodigalidad y sería blasfemia agotarlo con avaricia.
Sabia y
prudente estrategia política la del Secretario General del PSOE: que Rajoy se
confie ganando para que, así que pasen mil años votando cada cuatro o cinco
meses, al fin gane Sánchez.
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