sábado, 21 de julio de 2018

PUIGDEMONT O POR LA BOCA MUERE EL PEZ




Este Puigdemont que tanto perturba nuestro sosiego espiritual desde el día aciago en que por primera oímos su apellido, será todo lo cara que ustedes quieran pero su ingenio es envidiable.
Vive como un cura, y sin darle palo al agua, de lo que les saca a los ingenuos que creen que es la divina garza con moña tornasolada.
¿Habría que fusilar o meter en la cárcel al famoso fugitivo, del que todos hablan para encomiarlo o denigrarlo?
No señor: es mejor que la mandamasa  a la que los intrusos del gobierno han puesto al frente de Televisión, que por ser Publica debería ser de todos, lo saque en un programa en directo de la medianoche a las seis de la mañana.
--Oiga, pero en un programa con ese horario nadie vería a Puigdemont ni oiría lo que dijera..
--Mejor. No se trata de que lo vean sino de que los pocos que lo vieran pagaran con el sacrificio de no dormir el mal gusto de verlo.
--Ah, bueno.

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