“El hospital Reina Sofía llevó a cabo durante el pasado año 198 trasplantes de órganos (186 a personas adultas
y 12 de ellos infantiles), del total de 931 que se efectuaron en Andalucía y que supusieron un nuevo récord de actividad trasplantadora para la región.
Por
órganos, se registraron 82 trasplantes
de riñón,49 de hígado, 20 de corazón, 41 de pulmón y 6 de páncreas, ha detallado el hospital. A estos
trasplantes se sumaron 161 injertos de tejidos (88 de córnea y 73 de médula ósea).”
( Diario Córdoba, 07-03-2019)
¿No será que la intervención quirúrgica
para extirpar unas vulgares amígdalas prestigia menos al cirujano y al centro en el que trabaja que transplantar
de un tirón corazon, pulmon, páncreas y
hasta las orondas carrilleras del paciente?
Alguna explicación debe darse a la
inexplicable contradicción de que en un sistema sanitario capaz de realizar al
paciente la intervención quirúrgica más complicada se eternice la espera para que
sea atendido de la dolencia la más simple.
Hay maliciosos que sugieren que, en un
sistema publico de sanidad administrado por políticos, la eficacia se mide en
votos y no en curas.
Y que, por consiguiente, el enfermo es más el
escaparate de la eficacia del político que el beneficiario de la habilidad y los
conocimientos de un médico.
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