domingo, 19 de mayo de 2019

TRAPICHEO DEMOCRATICO


Con lo desasosegada y ruda que es ya de por sí esta azarosa vida en la que, para comer tres veces al día tienes que trabajar ocho horas diarias, encima tienes que votar en cuanto te descuides.
--Pues no votes…
--Si hombre, para que después te digan que si los que gobiernan son un desastre lo son porque no votaste…
Y de eso va el lamento de hoy, de que ya ni quejarte puedes.
Porque, en aquellos idílicos años en los que la felicidad de tu esclavizada vida dependía de la ventolera que en ese momento le diera al que mandaba sin pedirte permiso, por lo menos había un culpable de tus desgracias.
Pero, si manda el que manda porque los mandados le han pedido que mande, ¿a quien te quejas si lo que manda no te gusta?
Hasta al más elemental de los derechos humanos, el derecho al pataleo, renuncian los que en un desvarío mental aceptaron y hasta aplaudieron la democracia.
Entonces, ¿qué hay que hacer?
--Pues lo que hizo el protohombre cuando se dio cuenta, al bajarse de las ramas del arbol, de que andar era una pejiguera: inventó primero el burro y ahora ya se desplaza por las aceras en un patinete electrico.
Y eso, ¿qué tiene que ver con la democracia?
--Pues que, por muy mal sistema que sea, te permite eludir la cárcel para pagar el delito al que te condenen, hasta que manden los tuyos y te indulten.

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