“Tiro piedras por la
calle
al que le dé que perdone
tengo la cabeza loca
de tantas preocupaciones”
al que le dé que perdone
tengo la cabeza loca
de tantas preocupaciones”
Ni ese viejo remedio que recomendaba la
vieja copla sirve en éstos momentos en que todas las calles están asfaltadas y,
para encontrar una piedra que poder tirar, tienes que ir a una cantera y pagar lo que por
ella te pidan.
--Y ¿por qué
se le han aflojado los tornillos de la sesera, si puede saberse?
--Pues porque
llevan más de medio siglo diciéndonos que todos somos iguales y cuando les
conviene lo contrario, dicen que los chivos con los chivos y las cabras con las
cabras.
--Será,
naturalmente, por lo de la diversidad deseable, dentro de la obligada igualdad
de derechos.
--Será eso,
que en unos sitios miden la distancia en metro y en otros en millas.
Lo que pasa es
que, cuando a la diversidad no se le pone coto (y poner coto quiere decir
prohibir cazar al que no le de permiso el dueño para que lo haga) la gente se
cree que el tocino de la tia Maria es de todos y te lo puedes llevar de balde.
--“Son interpretaciones
diferentes y hasta contradictorias de una misma realidad contemplada desde
diferentes perspectivas”, sentencia el observador imparcial.
Y no, nada de
eso. Es lo que es y lo que siempre será a menos que la discrepancia la resuelva
el más fuerte demostrando que los demás son más endebles, conocidos también por
débiles.
No es nada más
que, como en todos los paises del mundo durante todos los siglos que el mundo
lleva siendo mundo, el mas fuerte manda y el más endeble obedece.
---Eso si que
no. Esto de ahora, en España, no es la dictadura que algunos tanto echan de
menos. Esto es una democracia.
--Y ¿qué son
los votos, legal o fraudulentamente hacinados, sino las armas de esta dictadura
democrática?
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