Lorca no podía ver
la sangre de Ignacio sobre la arena, y lo mismo me pasa a mí con las películas de
Almodóvar.
No puedo verlas y todavía
menos “Dolor y Gloria”, que ahora están promocionando.
¿Que por qué?
Porque el mundo
que Almodóvar propone como normal no me interesa porque, afortunadamente, no
existe ni existirá por mucho que el manchego lo promocione con mi dinero, que el
gobierno me quita para regalárselo.
¿El mundo por el
que llevo moviéndome 77 años es el mundo que retrata y propone Almodóvar?
¿Nadie trabaja de
carpintero, albañil o talabartero en sus películas?
¿Solamente los personajes
secundarios no fuman droga ni se inyectan estupefacientes?
¿Son secundarios
esos personajes porque no se drogan y los protagonistas lo son gracias a que se
drogan?
Parece, y casi
estoy seguro de que no es casual, que los dineros públicos que los gobiernos españoles
les dan a Almodóvar están bien empleados.
Es mucho más fácil
y cómodo manejar al obnubilado que al lúcido.
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