“El líder de la formación
conservadora” define hoy OK Diario a Santiago Abascal y uno, al leerlo, se ha
quedado más obnubilado de lo que ya lo estaba.
Y es que tan bien administran su peculiar interpretación
de la política los que gobiernan que han logrado que se defina como “conservador”
a Abascal, un revolucionario que se ha fijado como meta acabar con la actual pudrición
política.
¿Ha habido o podrá haber sistema político más
conservador que el de los rojos de las diferentes tonalidades, que donde se
implanta se eterniza?
Los regímenes que basan su acción político-administrativa
en la supeditación de la libertad a la igualdad suelen sacrificar el interés de
los menos en beneficio de los más.
Su lema, que es la igualdad de todos garantizada
por los dirigentes del Partido, lo alcanzan aniquilando la libertad de los
discrepantes.
No hay, pues, revolucionario más radical en
la política española que Santiago Abascal, que intenta sustituir la igualdad
impuesta por la libertad perseguida.
Arriesgado es predecir si Santiago Abascal
logrará sustituir la igualdad por la libertad como brújula de la acción política,
pero seguramente fracasará.
--¿Qué por qué?
--Porque es más cómoda la obediencia con
moderada crítica como desahogo que arriesgarse a fracasar sin tener a nadie a
quien culpar del propio fracaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario