Si Susan Elizabeth Rice hubiera tenido interés en hablar con Miguel Angel Moratinos, el ministro español de asuntos exteriores no habría tenido que dejarle tantos recados sin que la asesora en política exterior de Barak Obama le devolviera la llamada.
La apretada biografía de esa brillante joya de la élite intelectual y política negra del Distrito de Columbia sugiere que, en sus 44 años de edad, en pocas ocasiones habrá dejado para mañana lo que creyera que debería haber hecho hoy.
Por muy inteligente que Elizabeth sea, que lo es, entre sus virtudes tiene necesariamente que destacar la diligencia porque, si la indolencia le impidiera contestar llamadas que le interesaran, no habría conseguido a su edad todo lo que ya ha logrado.
La atractiva Elizabeth, sin parentesco con la secretaria de estado de George Bush Condoleeza Rice, está casada con el productor de los servicios informativos de la cadena ABC Ian O. Cameron, con el que tiene dos hijos.
Además de esposa y madre de familia, Elizabeth Rice era desde 2002 directora del programa de Economía Global y Política Exterior de Instituto Brookings, uno de los punteros de Estados Unidos en investigación y estudio de un amplio abanico de innovaciones políticas, económicas y sociales.
En la Universidad de Stanford, donde obtuvo una beca Truman, se licenció en historia, en la de Oxford estudió con una beca Rhodes, y su tesis sobre relaciones internacionales la consideró la Asociacion Británica para Estudios Internacionales “la más destacada”.
Entre las responsabilidades políticas que ha desempeñado destacan la de directora de Organizaciones Internacionales y de Mantenimiento de la Paz del Consejo de Seguridad Nacional con la Administración Clinton, Asesora Especial Presidencial para asuntos africanos y Secretaria de Estados Adjunta para Asuntos Africanos.
Los burócratas del Departamento de Estado a los que tuvo que meter en cintura para que despertaran de su letargo rutinario se quejaban de su arrogancia juvenil, de ignorar todo lo que no le interesaba y de no permitir discrepancias.
“Tendrán que tratar conmigo estrictamente como profesionales y no como amigos”—replicó en una entrevista cuando la periodista le expuso esas quejas—“Represento al gobierno de los Estados Unidos de América”.
Dicen que la firmeza de su carácter la ha heredado de su padre, catedrático de economía de la Universidad Cornell y ex gobernador del Sistema Federal de la Reserva.
La asesora de Obama, a la que el día del triunfo electoral del senador negro intentó contactar sin éxito el Ministro de Asuntos Exteriores de España, ha revelado que su padre le advirtió cuando era niña: “Nunca te quejes ni te aproveches de tu condición racial”.
Los de su raza la acusan de “excesivamente complaciente” hacia los blancos, por su afinidad con la élite política y económica dominante.
Si, como se mostró esperanzado Moratinos en el programa 59 segundos, consigue finalmente que lo escuche, es para envidiar su suerte.
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