jueves, 18 de diciembre de 2008

HOJARASCA QUE AFEABA LA HISTORIA

“Retiran de la plaza del Ayuntamiento de Santander la última estatua de Franco que quedaba en España”: (de los periódicos.)


Dentro de cien años, cuando todos seamos calvos, así será, más o menos, la Historia de España que estudien nuestros biznietos:
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Un amplio movimiento de reivindicaciones sociales, impulsado por el sindicato socialista UGT y enconado por huelgas y atentados al amparo de la anarquista “Confederación Nacional del Trabajo” (CNT), agitó España tras la primera guerra mundial.
Al descontento de los obreros, que se consideraban marginados de la prosperidad que la neutralidad en la Gran Guerra atrajo sobre la economía española, se sumó la protesta general contra los desastres militares sufridos en el Protectorado de Marruecos.
Un pronunciamiento militar, encabezado por el general Miguel Primo de Rivera y tolerado por el Rey, dejó en suspenso la Constitución y dio paso a la Dictadura.
En los tres primeros años del nuevo régimen se restableció la normalidad social, se puso fin a la guerra en Marruecos y un amplio programa de obras públicas impulsó un efímero período de bienestar.
Pero la crisis económica que se extendió por todo el mundo tras el hundimiento de la Bolsa en Estados Unidos en 1929, la proliferación de las críticas contra arbitrariedades del dictador y un renacimiento de la agitación social precipitaron la caída de la Dictadura.
A esos factores se unió la influencia del prestigio de una nutrida generación de intelectuales, desencantados con la Monarquía.
En 1931 se celebraron elecciones municipales y el triunfo en las ciudades de las candidaturas republicanas indujo a Alfonso XIII a renunciar al trono y expatriarse en Italia.
Desaparecía así la Monarquía que había sido el régimen bajo el que, durante dos mil años, se había gobernado España, excepto durante los 23 meses que duró la Primera República.
El autoexilio del Rey coincidió con el auge de los regímenes totalitarios, particularmente en Portugal, Italia, Alemania, Japón y la Unión Soviética y que, en 1939, provocó el estallido de la segunda guerra que asoló al mundo durante el siglo XX.
España se libró del conflicto, que terminó en 1945 con la victoria de los regímenes democráticos y con el de dictadura comunista de la Unión Soviética.
La Monarquía volvió a España en 1975, cuando las Cortes proclamaron rey al nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos I, que tres años después juró la Constitución Democrática pactada entre todos los partidos, y aprobada con el consenso casi unánime de la población.

2 comentarios:

M. Molares do Val dijo...

Muy bueno: hemos hecho desaparecer a Franco.

Donantonio dijo...

Lo juro: no quiero ver
abatida por la envidia
una estatua de Miguel.
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No te ufanes en perseguir la gloria
en estatua de bronce o de escayola
que la envidia es feroz siendo española
y opaca el limpio sol de nuestra historia.

La fama tiene escasa trayectoria
y arriba alguna vez por carambola
del brazo del dolor, no viene sola,
luciendo un traje gris de desmemoria.

Rechaza, pues, el busto y su peana
y el esplendor fugaz de una escultura
en rubio bronce o en frío mármol blanco,
que desate los celos, pues mañana
le puede suceder por desventura
lo mismo que ocurrió con la de Franco.